El suboficial PNP, Yanmarcos Hernández Ramos, fue denunciado por violación esta semana en la ciudad de Chimbote. Pese a contar ya con múltiples denuncias en su contra por secuestro, violencia física, entre otros cargos a otras mujeres, sólo fue trasladado a otra comisaria y puesto en situación de disponibilidad.

La victima declaró que tras compartir con el denunciado y otros compañeros de trabajo, éste se ofreció a llevarla a su domicilio. Ella confió en su ofrecimiento, sin embargo la condujo a su casa donde consumó el acto aprovechándose de su estado.

Esta no es la primera denuncia en su haber, ya que este mismo año fue acusado por dos exparejas. A una de ellas, la retuvo por días y violentó física y psicologicamente. En esa oportunidad el Coronel Walter Calla de la región Chimbote manifestó:

“El suboficial Hernández Ramos tiene un proceso administrativo disciplinario anterior por una falta muy grave y la oficina le ha impuesto la medida preventiva de suspensión temporal del servicio y esta sujeta a esta medida. El no presta servicio en ninguna unidad policial, solo tiene un control de firmas en la división policial”.

Sin embargo, solo fue trasladado a otra comisaría y el proceso no ha avanzado como denunciaron los padres de una de sus victimas: “nosotros seguiremos exigiendo justicia porque ese hombre no merece ser policía, una autoridad que pega a una mujer no puede ser autoridad”.

Desde entonces se encuentra en situación de disponibilidad, no ejerciendo labores, privado de la mitad de su sueldo y con la obligación de presentarse ante el mando policial todos los días en horas de la mañana y la tarde.

Pese a estas “sanciones”, el acusado ha seguido actuando con impunidad y tras la última denuncia quedó detenido en la Comisaría de Villa María por 48 horas, mientras el Ministerio Público acopia toda la información para emitir pronunciamiento.

La pregunta es cuántas mujeres más tienen que ser vejadas para que la Policía y la Fiscalía actúen oportunamente.