Diversas voces se unieron para cuestionar que la medida de restricción de género para evitar la propagación del coronavirus afectaba más a las mujeres debido a los roles de género enquistados en la sociedad a través de una educación sin enfoque de género, machista y fuertemente influenciada por la religión.

Debido a ello, las mujeres, que tienen que salir martes, jueves y sábados, salen en tropel pues el 34% de ellas son madres solteras, muchas son las únicas cuidando a hijxs, familiares ancianxs o con discapacidad, o sus parejas hombres no han asumido que también deben compartir las tareas del hogar y por eso nunca han aprendido a hacer una buena compra en el mercado, a cuidar a los hijxs de forma adecuada o a atender a otros miembros de la familia, incluidos los animales de compañía.

Todos estos factores y más contribuyen a que los días que salen las mujeres, salgan en gran cantidad poniendo en peligro sus vidas. ¿Qué se puede hacer? A corto plazo, los hombres deberían asumir que las tareas del hogar también son sus tareas y salir a comprar lo que se necesite para más de dos días, aprender a atender las necesidades primarias de sus hijxs y de otros familiares, y dejar de hacerse los inútiles, así algunas mujeres se lo permitan. Ya lo dijo el presidente Martín Vizcarra: “Tal vez esta sea una oportunidad para cambiar roles históricos y que no tienen que permanecer”. A largo plazo: establecer una política integral de cuidados en donde todos podamos realizar estas labores sin sobrecargar a las mujeres, aprendiendo a ser solidarios con los más vulnerables y a desterrar estereotipos de género que solo producen más violencia.

Las mujeres se han metido en el mundo laboral, ¿se han preguntado por qué no ha pasado lo mismo con los hombres en el mundo privado de los cuidados? Eso se llama patriarcado. Es hora de exigir que ellos se hagan cargo de los cuidados, no que ayuden.

Como señala la abogada laboralista, Mariela Belleza, “la pandemia no crea las desigualdades de género que son sostenidas por la división sexual del trabajo, solo les pone amplificador acentuando sus efectos. Este ‘pico y placa de género’ nos da una radiografía de lo que es el patriarcado y sus efectos en el cuidado. El tema es cómo tomamos lo que esta situación evidencia y le damos la vuelta hacia un cambio de paradigma sobre el cuidado, pues cae de maduro la necesidad de empujar un Sistema Nacional de Cuidado y repensar los mismos en clave corresponsabilidad que debe teñir toda política, incluso las de emergencia”.

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El Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán también se pronunció sobre el tema señalando que las mujeres exponen su salud por la sobrecarga de labores domésticas, por lo que piden al gobierno establecer medidas con enfoque de género.

Más opiniones

Angélica Motta: “10 cuadras de cola para entrar a un supermercado en el segundo día del ‘pico y placa’ de género. Definitivamente las mujeres principales cuidadoras son quienes salen a comprar en mayor medida. De seguir así esta medida ocasiona justo aquello que buscaba evitar, la aglomeración de personas. La desigualdad de género no cambia por decreto. Aquí explotándonos en la cara la desigualdad y la urgencia de políticas que la promuevan. La segregación por género como medida de prevención se tiene que revisar“.

María Mauricio: “La mujeres son desordenadas. Falso. Lo que ocurre es que históricamente nos han confinado a las labores reproductivas, o sea, dentro del hogar y de los cuidados. Y cuando salimos con fuerza al mercado laboral (economía productiva) no nos liberamos de esa opresión, sino que, por el contrario, nos sumamos una jornada laboral adicional que nadie nos reconoce. Y si pagamos para delegar esas tareas, casi siempre es una trabajadora quien las asume. Pongamos en agenda el tema. Es una de las anclas que perpetúa las desigualdades. Lavar, cocinar, limpiar ES TRABAJAR. Ya basta de seguir alimentando la idea que es válido ser un adulto inútil y no funcional si eres varón“.

Betzabé Figueroa: “Las mujeres símbolo de desorden y aglomeración. Esa es la frase que leí hace unos días haciendo una comparación entre lo ‘ordenados’ que son los hombres al momento de salir a realizar las compras, algunos me sorprenden demasiado porque dicen ser gente con conciencia de clase, pero critican la aglomeración, y pensaría que podrían verlo desde un punto donde son visibles las desigualdades de clase, pero no, ahí van lanzando insultos. Olvidamos que este país tiene un 25% de hogares donde la responsabilidad es de la madre, añadirle a eso el machismo que inutiliza a muchos porque, según ellos, carecen de ese conocimiento con el ‘nacemos’ las mujeres: hacer el mercado y cocinar. Ahora ya te habrás podido dar cuenta de que las cantidades no pueden ser las mismas en los días de hombres y mujeres. ¡Se desordenan y no respetan colas! Pues imagínate, sales al mercado y sabes que en casa se quedan tus pequeños, además que debes volver a cocinar, el tiempo no te va a alcanzar entre cola y cola, y entras en ansiedad. ¡Que salen las madres con sus hijas! Bueno, es que también no se les puede dejar solas en cada casa a merced de una sociedad que las podría violar y/o asesinar, muchas no tienen el privilegio de tener a alguien que les cuide a sus pequeños mientras salen de casa. Antes de criticar y hacer tus comentarios carentes de comprensión de la realidad de nuestro país, mejor porque no ves a qué familia puedes ayudar a realizar sus compras, alivia la carga de las madres, de las mujeres que viven en precariedad, la misma que las empuja a aglomerarse muchas veces. A ustedes que se llenan la boca hablando que la lucha es de clases, pues no los veo muy convencidos con eso. Y las imágenes hablan mucho mejor, la realidad es que hay una desigualdad abismal, y es la de género”.

Ayesha Dávila: “Una vez más mercados y bancos llenos. Esto definitivamente no es una cuestión solo de clase, es totalmente una cuestión de género. Las mujeres siguen asumiendo un rol de trabajo doméstico y otras responsabilidades dentro de sus hogares. De hecho, no podemos seguir replicando medidas que no se apliquen a nuestra realidad, necesitamos medidas diferenciadas que se ciñan a nuestra cultura o respondan a las necesidades de nuestra ciudadanía“.