Jean Wyllys fue electo diputado en Brasil tres veces, por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), pero esta última decidió renunciar a asumir su mandato por las cotidianas amenazas a su vida que venía recibiendo, lo que no es novedad en el trabajo de una persona gay que defiende los derechos de los más invisibles, pero que sí es peligroso en un contexto en donde el presidente de la República continuamente legitima discursos de odio, y su hijo, también diputado, contrata en su despacho a la familia del sospechoso de asesinar a Marielle Franco. Wyllys, cercado, ha tenido que renunciar para seguir viviendo.

“Te voy a matar con explosivos”, “¿has pensado en ver a tus familiares explotar y sin cabeza?”, ” voy a romper tu cuello “, entre otras, eran las amenazas que recibía Wyllys, a través de las redes sociales, correos personales y de trabajo, y el teléfono de su oficina, que llevaron a la policía a abrir cinco investigaciones y a designarle una escolta policial desde marzo del 2018, tres agentes armados en dos coches blindados impedían que las amenazas se hicieran ciertas.

El 24 de enero, Wyllys anunció que no asumiría su tercer mandato y que se dedicaría a la vida académica en otro país, cansado de vivir a salto de mata, con el hostigamiento constante. Las amenazas incluían a su familia, sus viviendas, los carros que usaban y los lugares que frecuentaban. En octubre del año pasado, recurrió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitando una medida cautelar por las amenazas que sufría y la falta de medidas de protección del gobierno.

La solicitud señalaba que “Wyllys, hoy, está siendo obligado a vivir casi sin salir de su residencia, limitando sus compromisos a lo estrictamente necesario en el campo profesional. No ha llevado vida normal, saludable o tranquila. Vive a los sobresaltos, por sí mismo y por su familia. Sus dificultades son enormes y algunas insuperables, desde el acto simple de pedir una pizza y tener que difundir su dirección hasta recibir amigos en casa”.

Los abogados de Wyllys señalan que el gobierno no da garantías para su vida. “Preservar la vida amenazada es también una estrategia de lucha por días mejores. Hicimos mucho por el bien común. Y haremos mucho más cuando llegue el nuevo tiempo, no importa que lo hagamos por otros medios”, publicó en su twitter el exdiputado.