El presidente de la Comisión de Gracias Presidenciales, Juan Falconí, se pronunció ayer vía telefónica con el programa Cuarto Poder, en donde una vez más no pudo aclarar la razón de las dos actas médicas que se presentaron consecutivamente en diciembre de 2017 para la liberación vía indulto del exdictador Alberto Fujimori.

Cabe recordar que la primera acta junto a otros documentos fueron remitidos por el director del penal de Barbadillo al Ministerio de Justicia el 18 de diciembre, en donde se expresa diversas recomendaciones para enfermedades y controles médicos. Sin embargo, el 19, la junta médica presenta una segunda acta con el título “Acta ampliatoria de la junta médica penitenciaria” en donde se añade que existe riesgo moderado de que Fujimori pueda desarrollar complicaciones cardiovasculares agudas, tales como infarto al miocardio o arritmias que desencadenen en muerte súbita.

El 20 de diciembre, Falconí tramitó la nueva acta con carácter de muy urgente al Instituto de Neoplásicas y a la Clínica Centenario para que remitieran las historias clínicas de Alberto Fujimori. No se explicaron tampoco las razones de dicho trámite, cuando al también viceministro de justicia no le competían esas funciones habiendo aproximadamente 43 pedidos de indulto, en ese momento, que esperaban su respuesta más de 6 meses.

Por otro lado, el médico de cabecera del ex jefe de estado, Juan Postigo, que fue parte de la junta médica que recomendó el indulto, lo venía tratando desde 1997. Entre noviembre de 2012 y enero de 2013, tras solicitar la familia Fujimori por primera vez el indulto humanitario durante el gobierno de Ollanta Humala, rechazó dos veces a la Junta Médica Penitenciaria para que lo evaluara en la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (Diroes) en Ate Vitarte porque exigía que sus médicos de confianza integren el equipo.

Irregularidades que se suman a que la Comisión de Gracias Presidenciales no visitara a Fujimori en el penal de Barbadillo para corroborar las condiciones de su carcelería durante este proceso, que era la mejor de todo el sistema penitenciario al contar con una ambulancia las 24 horas del día, y que sea el indulto una cuestión de rapidez histórica, ya que se hizo realidad en solo 13 días. En tanto, el Perú se encuentra en espera del fallo de la instancia supranacional.