Sí, nos habían engañado tantas veces y de mil maneras. A los miles de peruanos que confiamos en ustedes, que creímos que realmente representaban una opción política digna, nos engañaron.
No engañaron a los élites corruptas, ni a los que más tienen. Engañaron a los trabajadores, a los padres y madres de familia, al canillita, al estudiante. Engañaron y mintieron cruelmente, jugaron con todo un país hipotecando nuestra patria al mejor postor. Realmente, dentro de las desilusiones, tratábamos de mantener un poco de fe en nuestra “clase política”. Pero vino Barata y la destruyó.
Sus declaraciones representan la caída de toda una generación de políticos corruptos: Keiko, PPK, Humala, Alan García. Que aunque hayan negado en mil idiomas las siglas de AG, aunque hayan desconocido el “Aumentar Keiko para 500”, aunque PPK nos diga que no sabía del financiamiento, no pudieron ocultar la realidad por mucho tiempo.
Sepan que hoy, un cúmulo de sensaciones invade a las y los peruanos: vergüenza, tristeza, indignación, pero también alegría.
Sí, vergüenza, por todas las veces que hemos votado sin consciencia. Por todas las veces que aceptamos el “roba pero hace obra”. Vergüenza porque de alguna manera u otra, hemos legitimado y aplaudido al político corrupto. Al que nos roba descaradamente, al que nos miente y engaña. A ese lo premiamos con nuestro voto y confianza.
Pero también sentimos alegría y esperanza, porque asumimos que esto es un reto y una tarea desafiante. Hoy queda en manos de los ciudadanos dignos, apostar por una política decente. No nos conformamos con esto, vamos a apostar por un país con memoria. Hoy podemos soñar que no siempre vence la corrupción y la “viveza”, hoy vencimos los que fuimos engañados por tanto tiempo.
A pesar de que hayan hecho con la ciudadanía lo que han querido, a pesar de adormecernos con sus discursos, a pesar de haber normalizado la corrupción. Nos dirigimos a ustedes: sepan, que nos han podido robar todo, menos las esperanzas. Se levanta un nuevo futuro y la firme apuesta de construir sobre las cenizas.
Hoy muere una clase política corrupta, pero se levanta un Perú más digno.