¿Qué esperan quienes proponían la privatización de la educación para salvar el sector educativo? Cuando los padres ya no puedan —o ya no quieran— pagar las ingentes mensualidades de los colegios privados por falta de ingresos; porque no enviarán a sus hijos a estudiar; o porque simplemente no les «convence» la enseñanza virtual, toda la cadena de pagos se romperá y los profesores contratados quedarán desempleados, perdiendo las niñas, niños y adolescentes el año escolar. En cambio, en los colegios públicos los docentes tendrán su sueldo asegurado y el alumnado podrá culminar el año a través de la enseñanza multiplataformas, sin ver afectado su paso al siguiente grado.

¿Se imaginan qué hubiese pasado en medio de esta crisis si toda la educación en el Perú fuera «privada»? Cuando la educación se rige por el mercado entonces es vulnerable —entre otras cosas— a las leyes de la oferta y la demanda; en cambio, cuando se asume como un «derecho inalienable», el Estado se ve obligado a facilitar el acceso libre y gratuito para todas y todos.

Si es inminente e inexorable que dentro de poco los colegios particulares no podrán sostener más sus planillas de docentes —al no tener ingresos por la falta de pago de los padres— y las y los alumnos dejarán de estudiar al estos cerrar, ¿por qué el Estado no asume, hasta que se restablezca la educación presencial segura, el sueldo de todo el profesorado nacional que labora en instituciones privadas? Esto permitirá utilizar las plataformas estatales para el desarrollo de las clases virtuales con el fin de que no se pierda este año académico, y estandarizar el currículo nacional privilegiando la consecución de habilidades socioemocionales.