El hacinamiento de perros en espacios limitados, como una casa, puede llevar a crear un foco de peligro a la salud pública con riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas, principalmente parasitarias (ecto y endoparásitos), contaminación ambiental con heces y orina; además de que esta situación puede llevar a despertar la agresividad de los canes debido al estré propio del confinamiento, y a eso sumémosle la falta de alimento y agua. Tal escenario deriva en el ataque entre ellos mismos y potencialmente a las personas.

Esta situación descrita arriba está sucediendo en San Miguel, en la urbanización Maranga y tiene como protagonista a Don Willie y sus más de 30 canes.

Don Willie es un adulto mayor de buen corazón que lleva años acogiendo en su casa a perros en estado de abandono, en otras palabras, él decidió hacerse cargo de la irresponsabilidad de otros seres humanos.

Don Willie, a pesar de su precaria situación, se las arregla para conseguir sobras en el mercado para alimentar a sus perros y un plato de comida de la caridad para él mismo.

Algunos vecinos de la zona le han ayudado en algunas oportunidades, pero esta vez, en plena cuarentena por la pandemia del Covid-19, se le ha visto en los exteriores de su vivienda con todas sus cosas, sin implementos de protección, pasando las noches y haciendo su vida cotidiana a la intemperie.

En un contacto más próximo de algunos buenos vecinos, se ha podido constatar que no solamente los perros necesitan asistencia; también Don Willie la necesita, quien pese a su preocupante situación posa ante la cámara con una amable sonrisa, al lado de Junior, su perro malherido debido al ataque del resto de la manada famélica y estresada.

Es posible que este buen señor no esté del todo consciente de la situación, que en parámetros regulares se podría catalogar como maltrato animal, pero en este caso específico, involuntario.

La comunidad de San Miguel, tenedores de mascotas, que poco a poco se va constituyendo como un colectivo organizado, se ha unido para visibilizar el problema y buscar ayuda.

La pregunta que no quiere (ni debe) callar es: ¿dónde está la Municipalidad de San Miguel, especialmente el área de zoonosis y también de participación vecinal?

Los hemos visto muy expeditos hostigando a los tenedores responsables de perros durante las salidas sanitarias, insistiendo con altavoces que se cumplan sus horarios impuestos de manera ilegal y arbitraria, pasando por encima del decreto presidencial, pero deberían estar actuando en casos como los de Don Willie, que está dentro de la población más vulnerable de San Miguel. Seguramente es más fácil pasear en camioneta por todo el distrito, perifoneando, antes que hacerse cargo de los problemas sociales reales, como de zoonosis, del distrito.


A decir de los vecinos cercanos, el problema de Don Willie es de hace muchos años y se supo por él mismo que este comportamiento es generacional, puesto que su padre también, aparentemente, tenía el hábito de acumulación compulsiva de objetos y animales. Acaso, a pesar de esta situación de larga data ¿la Municipalidad de San Miguel no estuvo al tanto de la misma? ¿Tiene la Municipalidad de San Miguel un plan de bienestar animal? ¿Para qué está el área de zoonosis?

Hasta hace poco hemos escuchado de algunas voces de la municipalidad decir que los perros no deben salir de sus casas nunca, incluso la responsable de zoonosis afirmó que ella misma había hacinado perros y gatos en su vivienda, insinuando que ese era el ejemplo a seguir en la “tenencia responsable de mascotas”. ¡Surrealista!

Aparte de la crítica, ahora se necesita la intervención de parte de la Municipalidad de San Miguel y de otras instancias como la Municipalidad de Lima para resolver esta situación de zoonosis, puesto que es una bomba de tiempo sanitaria.

También se requiere la intervención urgente del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables para ayudar a Don Willie, cuya historia personal desconocemos, solo sabemos que es un ser humano piadoso con los perros callejeros, de amable sonrisa, que tal vez no esté muy consciente de su situación y que necesita ayuda profesional urgente

Nota: el perro Junior tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Una de sus patas delanteras, infelizmente, fue amputada. Él está fuera de peligro, pero necesita ayuda con medicinas y un hogar temporal de manera urgente. Si estás interesado en ayudar comunícate con la página de Facebook de Vecinos de San Miguel con Mascotas.