Una alianza familiar postula al Congreso por el partido fujimorista Solidaridad Nacional. Ellos son Luis Solari y María del Carmen Moscoso. Ambos esperan llegar para ya sabemos qué. No… no es para vivir a costa del Estado gratis por año y medio, sino para sacar adelante su agenda fundamentalista y antiderechos de mujeres y LGTBI.

Solari ha sido por décadas un impulsor de medidas que deterioraban el acceso a salud de la población LGTBI cuando era ministro de Salud, o como primer ministro de Alejandro Toledo, en tiempos en donde era posible olvidarse completamente de esta población porque a nadie le importaba.

Un personaje reciclado de tiempos oscuros ahora vuelve recargado y junto con su esposa en un partido filofujimorista, a querer copar espacios para que sus ideas religiosas sigan interviniendo en la política pública generando violencia hacia poblaciones en situación de vulnerabilidad.

Ambos estuvieron en una entrevista para otro medio filofujimorista, y es ahí en donde Moscoso hace el comentario que titula esta nota: “Espero que no me electrocute”, refiriéndose a su esposo, luego de ser comparada con otra pareja histórica que también buscó el poder a través de elecciones: Alberto Fujimori y Susana Higuchi.

Todos recordamos cómo terminó la pareja: Susana denunciando que la familia de Alberto se quedaba con las donaciones para los sectores afectados por los huaycos, Alberto encerrando a Susana para torturarla y electrocutarla, y ella profundamente afectada en su salud física y mental, en un periodo de la historia en donde estaba normalizado el abuso de los hombres contra las mujeres, y muy pocos salían a protestar por ello; además, en plena dictadura en donde el fujimontesinismo podía mandar a matar a cualquiera que se atreviera a enfrentársele.

Nosotrxs también esperamos que Luis Solari no la electrocute, ni le haga ningún daño, y además, que ya haya aprendido a no acosar a las mujeres, como sucedió cuando participó en un debate con la antropóloga Angélica Motta, en donde intentó dos veces besarla en contra de los deseos de ella. Ver nuevamente la agresión que sufrió Motta de parte Solari es repulsiva por la forma en que este intentaba disfrazar el machismo y la violencia que estaba ejerciendo acusándola de maleducada y descortés.