No contento con cambiar el nombre de la Gerencia de la Mujer e Igualdad a Subgerencia de la Mujer y la Familia, en donde demuestra qué prioridades tienen las mujeres y otras poblaciones vulnerables en la administración de Rafael López Aliaga, ahora también cambió la ruta de la Marcha del Orgullo, que ya no terminará en donde históricamente suele hacerlo, que es la Plaza San Martín, sino en la Alameda 28 de julio, y despotricó contra la línea gráfica de la 20° edición del Outfest, demostrando también que ignora la diferencia de ambas actividades, pues piensa que la Marcha organiza o que son lo mismo Festival.

Sin gerencia de igualdad

En diciembre de 2019, la comuna de Lima, en ese tiempo liderada por Jorge Muñoz, decidió modificar el nombre de la Gerencia de la Mujer por Gerencia de la Mujer e Igualdad, luego de un arduo cabildeo de varias poblaciones en situación de vulnerabilidad, como la afroperuana, indígena, con discapacidad y lgtbiq+.

Este avance en reconocimiento de derechos dio marcha atrás con la llegada del ultraconservador López Aliaga al municipio de la capital. Apenas pudo bajó de nivel administrativo la rectoría de la gerencia al convertirla en subgerencia, y no solo eso, sino que le quitó la apertura de derechos para colocar su postura conservadora con el nombre de Subgerencia de la Mujer y la Familia, ahora dependiente de la Gerencia de Desarrollo Humano.

Según el alcalde, la disminución de las gerencias de 19 a 10 es con el fin de disminuir la burocracia, lo que ha afectado gravemente a una serie de iniciativas que llevaban adelante las gerencias en pos de una ciudad mejor, ha disminuido el gasto y ha precarizado a los empleados del Municipio.

Sobre la inclusión de “familia” y la anulación de todas las poblaciones que entraban en “igualdad” señaló que “el criterio de la gerencia ha sido, y yo lo respeto, poner de prioridad a la familia y a la mujer. Qué mejor que la familia y la mujer”, a pesar de que diversas estadísticas señalan que la familia puede ser un espacio de mucha violencia para infancias, mujeres y lgtbiq+, y que ya se ha dejado atrás la idea de que hay que mantener a la familia unida a como de lugar así esté compuesta por padres violentos, o que se puede negociar con ellos la violencia que ejercen. Un claro retroceso en derechos para las mujeres.

El cambio de la ruta de la Marcha del Orgullo

La Marcha del Orgullo, que ya va por su XXI edición, tradicionalmente termina en la Plaza San Martín, espacio público testigo de diversos hechos históricos, pero ahora terminará en la Alameda 28 de julio, debido a la orden de intangilidad que ha recaído sobre el Centro Histórico de Lima, por lo que, en teoría, no se pueden organizar marchas ahí, pero sí caravanas, pasacalles y caminatas, como sigue ocurriendo continuamente, la última fue por el Día de la canción andina realizada el sábado 24 de junio, que, como se observa en el video, fue autorizada para terminar en un gran escenario en Plaza San Martín, justamente lo que se le ha negado a la Marcha del Orgullo.

Contra el Outfest

A López Aliaga no le ha caído nada bien que el Festival Outfest haya decidido que esta 20° edición esté relacionada a Santa Rosa de Lima. Sin ningún ánimo tolerante, señaló que “repudiaba” el uso de la imagen de la santa, confundió el Festival con la Marcha del Orgullo, y exigió retirar las imágenes.

“Quiero mostrar mi repudio a como está marcha del orgullo está utilizando la imagen de Santa Rosa de Lima totalmente ridiculizada”, señaló el alcalde y pidió que “retiren de inmediato ese afiche que le toma el pelo a Santa Rosa de Lima. No le falten el respeto a las creencias y valores de la mayor parte de la población del Perú”.

Luego de que le aclararan que no tienen que ver con la marcha, tuvo que corregir esa información, diciendo que era “un evento paralelo”, como cientos de eventos que se hacen en junio por el Mes del Orgullo de forma espontánea y sin necesidad de articulación pues son emprendimientos, justamente lo que el alcalde dice favorecer, siendo el empresario, por lo que sorprende que esté intentando dar órdenes a una empresa privada que realiza un festival de cine.

La imagen no desvaloriza de ninguna forma a la santa de América, sino que la hace más inclusiva, pues todos pueden sentirse relacionados con su vida y misión, siendo para su tiempo histórico una revolucionaria pues nunca se unió a ninguna congregación, fue laica y ejerció su religión en su casa sin imponérsela a nadie. Tal vez al alcalde le hubiera gustado más verla sangrante y lacerada con una corona de espinas, pero el Outfest lo que quiere es celebrar la vida, la memoria y la inclusión de todos.

Frente a esta arremetida ultraconservadora del burgomaestre, pocas son las voces del activismo lgtbiq+ que han salido a decir algo. Esto puede ser debido al miedo que se vive actualmente en la sociedad peruana, con una avanzada fascista, facilitada por la policía, el gobierno y el congreso, que terruquea a medio Perú; a la precariedad de un movimiento debilitado y fracturado sin base comunitaria que la sostenga para que cuando un/a/x activista se enfrente a los fundamentalismos no esté completamente solo; a que las antiguas organizaciones que fortalecían al movimiento social casi han desaparecido, como el Movimiento Homosexual de Lima, que tuvo una deriva derechista con su anterior presidente; o al pragmatismo que exige la sobrevivencia de las iniciativas lgtbiq+ hasta que lleguen mejores tiempos.