La Corte Suprema del Perú ratificó el día de ayer la condena ejecutada por la Sala Penal Nacional el 28 de junio de 2017 que condenaba a los exjefes militares Alan Olivari Medina, “Teniente Negro”, y a Jaime Pando Navarrete, “Capitán Pantera”, a 17 y 15 años de cárcel, respectivamente, por liderar la matanza de 12 campesinos y la desaparición de 6 más, en la provincia de Chumbivilcas en Cusco.

La condena de los integrantes de la patrulla “Raya”, los soldados Federico Cahuascanco Pucho, Mario Cruz Porcel, Felipe Montañez Ccama, Beltrán Tapia Carrasco, José Santiago Pérez Quispe y Alberto Alviz Medina, condenados a 8 y 10 años de cárcel, también fue ratificada.

Jaime Pando en el juicio que se le siguió. Atrás soldados parte del proceso.

La violencia sexual

Asimismo, la Corte declaró haber nulidad en la absolución de la Sala respecto a la violación sexual de una pobladora. En ese entonces, la Sala había señalado que esta denuncia era debido a una “supuesta sensibilidad de rencor hacia los soldados” por parte de las denunciantes, ya que estos habían desaparecido a sus esposospor lo que habían descartado condenar este delito y habían ordenado un nuevo juicio oral. 

La abogada de Aprodeh que llevó el caso, Gloria Cano, señaló que “para que una mujer denuncie una violación múltiple en un poblado con todo el estigma que ello conlleva es un gran esfuerzo y valentía, no, de ninguna manera puede señalarse que la denuncia fue falsa”.

La Corte corrigió esta nueva violación a los derechos de las mujeres víctimas de la violencia sexual en el conflicto armado interno, estrategia usada como arma de guerra para amedrentar a la población, para que las mujeres no reclamaran a sus desaparecidos y se rompiera el tejido social de los lugares a los que llegaban a combatir el terrorismo. 

Las víctimas

Entre el 19 y el 30 de abril de 1990, en los últimos meses del primer gobierno de Alan García, la patrulla Raya recorrió varias zonas de Chumbivilcas deteniendo, secuestrando y torturando campesinos acusándolos de terroristas, la mayoría era de la comunidad de Collpa Cashahui.

El comando militar los torturó para que confiesen que eran terroristas, luego los llevaron semidesnudos y ensangrentados hasta el cerro Capollullo, en donde los dinamitaron, para después dispararles. Aquí murieron Jesús Jauja Sullo, Julio Huamaní Huisa, José Eusebio Huamaní Charcahuana, Julio Apfata Tañire, Eustaquio Apfata Salhua, Juan Huisa Pacco, Zenón Rosas Huisa Pacco, Marcos Zacarías Huisa Llamocca, Gregorio Alférez Triveño y Marcos Torres Salhua. 

Dos murieron producto de las torturas infligidas: Víctor Huachaca Gómez y Balbino Huamaní Medina.

Desaparecieron a Máximo Huamanga Huachaca, Quíntín Alférez Cjuro, Telésforo Alférez Achinquipa, Gregorio Huisa Allcahuamán, Toribio Achinquipa Pacco y Dalmacio Charcahuana Huisa,

Y violaron a IL y AH, quienes, 28 años después, por fin reciben justicia del Estado peruano.