Zamir Villaverde busca ser considerado “perseguido político” ante el Poder Judicial
El detenido Zamir Villaverde, acusado de dirigir una serie de negociaciones para adjudicar a dedo obras a empresas chinas, dio ante la Comisión de Fiscalización del Congreso, unas declaraciones controversiales.
Según Villaverde, quien se encuentra con prisión preventiva en el Penal de Ancón I, el presidente Castillo y el jefe del Jurado Nacional de Elecciones complotaron al más alto nivel para que el primero gane las elecciones, perjudicando así a Rafael López Aliaga y a Keiko Fujimori Higuchi, quienes hubieran pasado a la segunda vuelta.
Villaverde era un funcionario todopoderoso en el Ministerio de Transporte y Comunicaciones dirigido por Juan Silva, que lograba poner y sacar a funcionarios a su gusto. Ha sido denunciado, junto a los investigados y fugados Bruno Pacheco, Fray Vásquez Castillo y Gian Marco Castillo Gómez, por el delito de tráfico de influencias y colusión agravada en organización criminal, por la licitación pública de la construcción del Puente Vehicular Tarata sobre el Río Huallaga, provincia de Mariscal Cáceres, convocada por Provías Descentralizado, en la que se otorgó la buena Pro al Consorcio Puente Tarata III.
Ante la Comisión también manifestó que teme por su vida, pues el Servicio de Inteligencia lo ha venido siguiendo, ha recibido amenazas de altos funcionarios del Gobierno y responsabiliza al presidente Castillo si algo le pasara.
Villaverde no ha presentado ninguna prueba al respecto que verifique sus declaraciones, pero le ha dado en el gusto a quienes gritaban fraude desde el primer día del gobierno de Castillo, a pesar de que las elecciones fueron verificadas por organismos internacionales y ninguna persona ha testificado sobre usurpación de sus firmas al momento de votar.
El historial de Villaverde incluye haber sido degradado de la Policía por integrar una banda criminal, asalto y robo cuando ya era civil, ingreso a la cárcel dos veces por lavado de activos y robo agravado, condenado por colusión y falsificación de documentos, maltrato físico y psicológico contra su esposa e invasión de terrenos. Fue jefe de Bruno Pacheco cuando dirigía la empresa de seguridad Vigarza y mantiene una deuda de un millón de soles con Sunat.