Actualmente, el mundo se enfrenta a una crisis y medidas de socialización drásticas por la propagación exponencial del COVID-19. En países como China, Italia y España, sus respectivos presidentes han considerado esencial poner en cuarentena a ciudades enteras. En Perú, Martín Vizcarra ha seguido ese camino.

Sin embargo, lo que es bueno para todos puede resultar problemático para algunos. En este caso: la violencia machista que se cierne sobre las mujeres, ya que diversos estudios señalan que en tiempos de desastre o urgencias, aumenta la violencia familiar y sexual y las más afectadas son las mujeres (Asociación de Comunicadores Sociales Calandria).

Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), en el 2018, el 65,9% de mujeres de 15 a 49 años, fueron víctimas de algún tipo de violencia por parte de su esposo o novio. Por lo que las denuncias por violencia familiar totalizaron 141,922; de las cuales, 72,433 fueron agresión física, 61,371 agresión psicológica, y 3048 agresión sexual. Estas cifras nos lleva a concluir que las mujeres, al estar confinadas con sus agresores, son potencialmente más vulnerables a la violencia familiar. 

Las mujeres hemos estado relegada históricamente al cuidado de familiares y amas de casa. El docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental, José Rodríguez, asegura que, en el Perú, 3’840,000 mujeres ejercen el trabajo doméstico sin remuneración. Además, según el académico, otras 4’160,000 no solo son amas de casa, sino que también deben de trabajar fuera del hogar. Por lo tanto, a medida de que el virus vaya propagándose, las mujeres estamos más expuestas a contraerlo porque asumimos nuestro “rol” de cuidadora y ama de casa. 

Nuevamente según el INEI, el 38.6% y el 33% de hogares en los sectores D y E, respectivamente, tienen como jefa del hogar a una mujer. Los índices se deben a que estos sectores de la población las mujeres son más propensas a situaciones de violencia, embarazos adolescentes y abandono del hogar, por lo que se encuentran en situación de riesgo a medida de que el coronavirus va expandiéndose. 

Sin duda alguna, el COVID-19 está sacando lo peor de las personas y de las industrias, está evidenciando doblemente el machismo y la misoginia. Por lo tanto, es importante mirar esta crisis desde una perspectiva de género y cómo las medidas impuestas por gobiernos afectan directamente a las mujeres. El Estado debería responder con propuestas y solventar a las mujeres que están doblemente en riesgo. Y recordar que la cuarentena o aislamiento no es impedimento para denunciar al agresor. 

Datos

  • Ante cualquier situación de violencia de género, se puede llamar a la Línea 100 para hacer el reporte. La Línea 100 indicará a qué Centro de Emergencia Mujer puede acudir para formalizar la denuncia y recibir la ayuda necesaria.
  • El CEM puede derivar a una casa de refugio a las mujeres que están en alto riesgo y formalizar la denuncia, además de activar todas las medidas de protección necesarias para resguardar su vida.
  • Según el Decreto Legislativo 1386 que modifica la Ley 30364, artículo 15: la denuncia por violencia puede ser interpuesta por la agraviada o cualquier persona en su favor sin necesidad de tener su representación.
  • Las Fiscalías especializadas en violencia de género seguirán atendiendo con normalidad.