Si ya condenaron a Waldo Ríos, encarcelado exgobernador de Áncash, por haber prometido 500 soles en la última campaña electoral, ¿correrán la misma suerte las demás autoridades que ofrecieron “obras como cancha” sin sustento técnico? Por ejemplo, Victoria Espinoza, alcaldesa de la Municipalidad Provincial del Santa, que postuló con “Río Santa”, prometió un Teatro Municipal, un Muelle Turístico, el Camal Municipal, el Relleno Sanitario, la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos, etcétera. Ninguna de estas propuestas fue cumplida.

Por su parte, Valentín Fernández, con “Vale Áncash”, hizo ofrecimientos delirantes de infraestructura a granel, imposibles para el distrito de Nuevo Chimbote, como un Centro Cultural, la Biblioteca Municipal, un Centro de Artes, un Conservatorio, un Teatro, el Estadio Municipal, un Policlínico, el Centro del Adulto Mayor, la Escuela Municipal de Seguridad Ciudadana, un Cementerio Municipal, el Parque Industrial, la Cámara de Comercio, una Caja Municipal, entre muchos otros.

Todas estas “promesas” (consignadas en sus Planes de Gobierno según informe del Diario Correo) fueron incumplidas porque al no ser resultado de diagnósticos técnicos (económicos, legales o socioculturales), eran inviables de antemano.  Por eso, es nuestro deber como ciudadanos impedir que los mismos politiqueros vuelvan a “inducir al voto” a los electores y se reelijan nuevamente. Con el hashtag #PromesaIncumplida hagamos una lista de ofrecimientos que nuestras “autoridades” jamás realizaron, y nos permitamos que otra vez la demagogia y la ineptitud gobiernen nuestros destinos.