La Santa Inquisición hoy se transmutó en padres y madres de familia de Huancayo, quienes protestaron quemando los libros de tercero de secundaria en el curso de Desarrollo personal, cívica y ciudadanía entregados por el Estado a los colegios públicos, porque, según ellos, tienen pornografía, lo que ya se ha probado que no es cierto.

Los pobladores aprovecharon que el presidente Martín Vizcarra se encontraba en el Coliseo Wanka entregando títulos de propiedad de Cofopri, y liderados por el presidente de las Apafas, Javier Gonzales Soto, procedieron a quemar varios libros frente al personal de policía que no hizo nada al respecto.

Javier Gonzalez Soto estuvo preso por pertenecer a Sendero Luminoso, ahora libre coordina a las Apafas y es coordinador en Junín del Movadef, organización que busca la amnistía de su líder Abimael Guzmán.

El dato

Históricamente, la quema de libros ha tenido el objetivo de censurar ideas, sobre todo disidentes al status quo. Se han quemado (y censurado) libros (y personas) en tiempos de los nazis, cuando la Iglesia Católica era una enemiga más feroz de la ciencia, y en las dictaduras. Ahora esa historia vuelve a repetirse con la persecución a funcionarios del Estado que elaboraron los textos para la educación secundaria y en la quema de estos en algunos lugares del país.

Sobre los textos, ya se pronunció la exviceministra de Gestión Pedagógica, quien señala que no hay nada dañino en ellos.