El asesino de la niña de Jimena (11), César Alva, quien en noviembre cumplía 9 meses de prisión preventiva y podía ser liberado, estará 9 meses más en la cárcel. En la audiencia judicial del día de ayer, realizada en el penal de San Juan de Lurigancho, se ratificó la pena preventiva con el fin de que se siga investigando su accionar. 

Alva se encuentra internado en la prisión de máxima seguridad de Cochamarca en Cerro de Pasco, a pesar del pedido de los padres para que el caso se vea en Lima, solicitud que no fue autorizada porque los magistrados señalaron que las fallas técnicas (interferencias) que retrasaban el caso ya habían sido corregidas, por lo que las audiencias seguirán siendo vistas por videoconferencia. 

Así también, señalaron que el caso tendrá 40 audiencias (esta fue la segunda) porque hay 40 pruebas y en cada audiencia se evaluará cada prueba, lo que es un abuso y extiende al proceso hasta en 10 meses, con riesgo nuevamente de que se venza el nuevo plazo y salga libre. 

Irregularidades

César Alva ha confesado tener un cómplice y que se trata de un policía, pero no quiere quiere dar más datos sobre este, al parecer esperando recibir algún tipo de ventaja o beneficio cuando confiese su nombre o recibir algún tipo de protección de este. 

El asesino también ha señalado tener un teléfono celular con el que se comunica desde Pasco con su abogado, pese a que se encuentra en una prisión de alta seguridad. Tampoco brinda el nombre del supuesto abogado que lo asesora y en cada audiencia cuenta con un abogado diferente de oficio.

Alva se ha declarado loco, por lo que el magistrado que ve el caso pretende recoger esta confesión y declararlo inimputable, pero esta afirmación no coincide con el examen psicológico. También dice haber estado bajo efectos de drogas, porque consume pasta y alcohol, pretendiendo de esa manera disminuir su pena. 

Asimismo, Alva no suele colaborar en las audiencias, en varias ocasiones se ha acogido al silencio y continúa declarándose loco, lo que afecta al proceso pese a las pruebas contundentes de su accionar. 

La lucha de los padres

Los padres de Jimena se sienten devastados pues consideran un abuso tener que pasar por 40 audiencias, en donde nuevamente revictimizan a su hija y a ellos, teniendo que revivir los terribles hechos que dieron muerte a la niña, lo que también afecta su salud mental, ya bastante deteriorada por la espantosa situación que vivieron, sin mencionar el gasto económico que supone su traslado semanal al penal para observar las videoconferencias.