Lo que todos sospechaban se va revelando: el asesinato de Marielle Franco fue producto del accionar fascista de personajes ligados al poder político y militar.

La concejala afrobrasilera, lesbiana y comprometida con los más empobrecidos fue asesinada el 14 de marzo de 2018. Las balas con las que la mataron eran de uso militar.

En la investigación que se sigue por su asesinato, uno de los investigados, el portero de la urbanización donde vive Bolsonaro, declaró ante la policía que uno de los sospechosos de matar a Franco, Elcio Quiroz, ex policía militar, pidió subir a la casa del entonces diputado horas antes del crimen.

El portero pidió la autorización y un señor “Jair” se la dio, pero Quiroz no subió a la casa del ahora presidente, sino que se dirigió a la de su vecino Ronnie Lessa, también involucrado en el asesinato de Franco. Ambos sujetos se encuentran en prisión desde hace un año.

Este noticia presentada por el medio Globo, fue desmentida por el fiscal Simone Sibilio, quien mencionó que el testimonio del portero no coincide con la de las cámaras de vigilancia, por lo que la acusación fue archivada.

Estas declaraciones de la Fiscalía fueron celebradas por Bolsonaro, quien se dirigió en vivo a través de su Facebook a la población brasilera, y de forma alterada amenazó a Globo con no renovar su licencia en 2022 acusando al medio de querer desestabilizar al gobierno.