La competencia por llegar al Congreso, ese anhelado espacio político representativo, se viene desarrollando —esta vez y casi en su totalidad— de manera virtual por la pandemia: candidatos y candidatas jóvenes manejan este formato con naturalidad. La economista Catherine Eyzaguirre es una de ellas. En medio de una contienda atípica ¿Cuáles son sus propuestas?
La cuarentena (versión 2.0) instalada en nueve regiones del Perú por el Gobierno, exige que la propaganda política se desarrolle irrenunciablemente con un soporte tecnológico y amigable. Más allá de eso, los temas de fondo siguen siendo los mismos para la candidata de Juntos por el Perú.
Mano Alzada conversó con Catherine Eyzaguirre, quien va con el número 22 por la lista del partido que tiene como candidata presidencial a Verónika Mendoza.
La contienda electoral parece ponerse cuesta arriba con la cuarentena. ¿Te parecen acertadas las nuevas restricciones?
Estoy de acuerdo con el confinamiento, nuestra infraestructura en Salud no es adecuada, pero esto no se debería dar sin tener a la mano protección social; nos preocupa que el Ejecutivo ofrezca este apoyo desde el 15 de febrero, ¿cómo podrán subsistir las familias si es que no hay un bono que llegue pronto? Están actuando pensando en las clases medias y altas. Ese fue un clarísimo error el año pasado en la gestión de Vizcarra y es una pena que el presidente Sagasti esté cometiendo el mismo error.
Actualmente hay candidatos que cuando fueron congresistas y se opusieron a la reforma universitaria por obvios vínculos con algunos dueños de universidades privadas. ¿Qué decirle a la juventud que apostó por estas “universidades pantalla” y que ahora votarán?
Sé que hay universidades que no obtuvieron licenciamiento de la Sunedu y que les cobran a sus estudiantes por retirar su documentación para poder trasladarse. O sea, además de estafar, porque brindar una educación de mala calidad es una estafa, les dificultan el proceso de traslado. El señor Luna (dueño de la Telesup y candidato al Congreso por Podemos Perú), por ejemplo, ha construido un partido a partir de lucrar con las expectativas de los jóvenes. Eso es algo que no debemos permitir.
Tuviste experiencia trabajando en el Congreso, ¿cómo te ha servido esa etapa?
Pude ver de cerca a estos supuestos políticos que solo llegaban allí para defender sus intereses, para colocarse beneficios tributarios. Eso me indignó muchísimo. Tenemos que dejar atrás a esa clase política que por décadas se han dedicado a defender sus negocios. Nuestro voto será importante para poner a gente que llegue a servir y no para servirse.
Pero eso no ocurrirá tan rápido y, de todos modos, si llegaras a ocupar una curul, estarán algunos allí, ¿cómo conversar con ellos?
Yo creo que las bancadas y los ciudadanos que tienen buenas intenciones deberían estar allí (Congreso) ocupando, en su mayoría, esos espacios. Yo he estudiado una carrera (Economía) donde hay, mayoritariamente, voces masculinas opinando. Soy una persona que no se ha amilanado estando es lugares donde hay, por ejemplo, mucho machismo. Sé que muchas veces creemos que los espacios de poder político son espacios reservados para hombres; hombres mayores y blancos. En verdad a mí siempre me ha gustado romper ese statu quo.
Las nuevas caras de la política no siempre llevan nuevas ideas. Hace poco un candidato tuvo expresiones transfóbicas hacia una de tus colegas de tu partido. ¿Cómo puede encontrar diferencias la ciudadanía votante en esa juventud política?
Me parece totalmente repudiable la actitud de esa persona, que la verdad no recuerdo su nombre y no vale la pena mencionarlo. Creo que este tipo de personas no deberían estar en política. Yo confío en que el JNE lo va a separar de la contienda, porque evidentemente ha sido una incitación al odio.
Pero también es un candidato joven…
Sí, pero es necesario darnos cuenta que lo que necesitamos son cambios de fondo, no necesitamos copiar recetas antiguas que no han funcionado, recetas autoritarias que ponen por delante a las grandes empresas, por ejemplo, y no a la ciudadanía. Necesitamos jóvenes no solo de imagen, sino de ideas frescas que apuesten por acabar con las desigualdades.
En este tiempo, algunos medios de comunicación, que obedecen a intereses también, pretenden colocarle un sello extremista a la izquierda peruana y les parece necesario que marquen distancia con otros gobiernos de la región con ideas similares. ¿Cuánto les favorece políticamente este alejamiento?
Yo soy ecologista y no quiero para el Perú un modelo extractivista, primario exportador, o que tenga una economía que se base en la minería y el petróleo como pasa en Venezuela y yo soy una persona que hace crítica de eso y de actitudes antidemocráticas que son obvias. Además, tengo más coincidencias con lo que fue el gobierno de José Mujica en Uruguay, o con los avances económicos que se han generado en Bolivia. Lo que sucede en Venezuela no es un referente.