La Universidad Nacional Mayor de San Marcos anunció que empezará a implementar exámenes de salud mental a sus ingresantes, debido a los dos casos de violencia extrema que se vivieron en esta casa de estudios, el primero contra Erick Arena Sierra, quien resultó muerto, y el segundo contra Lisset Linares Caballero, quien resultó con cortes en el rostro y un pulmón comprometido, luego del ataque del exalumno Huber Chácara Castro.

Cada año ingresan cerca de 5800 nuevos estudiantes a esta casa de estudios, por lo que desde este año los cachimbos sanmarquinos deberán realizar un test que evaluará su estado psicológico, social, su capacidad de interacción con sus compañeros, la capacidad de trabajar en grupo, etc., señaló el rector Orestes Cachay, para prevenir incidentes lamentables.

Si se encuentra algún caso que amerite un tratamiento más profundo, serán derivados a los servicios de salud mental del Ministerio de Salud o de EsSalud, añadió el rector. Preguntado sobre si esta medida podría afectar el normal ingreso de estudiantes, la autoridad sostuvo que la universidad será flexible y dará facilidades a estos estudiantes. “Quizás si es necesario que se interrumpa los estudios, podría hacerse por un año, dependiendo de los casos”, acotó.

San Marcos ha implementado diez cámaras de vigilancia en las facultades luego de estos ataques, además de reducir las puertas de ingreso de cinco a tres, en donde se revisa minuciosamente a las personas que entran, sean estudiantes, profesorado o administrativos, informó el rector.

Consultado sobre esta medida, el dirigente estudiantil Gerardo Salas señaló que “la salud mental debe de ser atendida en la Clínica Universitaria, pero debido a la precariedad presupuestal en la que se encuentra, hay una insuficiente atención a los estudiantes en el único chequeo general y obligatorio que existe: el examen médico”. El dirigente cuestionó que no se preste atención a la presencia de personal en Psicología en las Unidades de Asistencia y Orientación a Estudiantes (UNAYOE): “La Facultad de Psicología es la que tiene a los profesionales idóneos para estos temas, pero no inciden en nada, no hacen seguimiento a los estudiantes”.

Asimismo, señaló cuál podría ser el peligro de esta medida: que las autoridades no quieran estudiantes con “problemas mentales” y los saquen alegando que son un peligro para la comunidad universitaria.

“La propuesta del plan de salud mental de San Marcos deviene de la exigencia de un Plan de Seguridad de San Marcos, que debe de ser abordado de manera integral pasando por encima de lo propiamente conocido: cámaras, personal y puertas de ingreso y salida. Una crítica en razón de la propuesta es que pese a manifestarnos en necesidad de generar un trabajo conjunto para cada propuesta que afecte a la comunidad universitaria, se siguen imponiendo sistemas, que pese a sus buenas intenciones, no han sido discutidos y precisados con la mayor amplitud participativa posible entre estudiantes, docentes y trabajadores”, concluyó Salas.