La dramaturga Mariana de Althaus anunció que no presentará la obra de teatro que escribió sobre la vida de Mario Vargas Llosa, titulada “La literatura es fuego”, debido a las declaraciones amenazadoras de un funcionario de la Bienal Vargas Llosa y al desistimiento del Nobel de participar en la lectura dramatizada, luego de que ella compartiera una carta firmada por numerosas mujeres que protestaban por la poca participación femenina en esa Bienal.

La autora señaló que tampoco realizará entrevistas referentes a la obra, pero que a pesar de ello está de acuerdo con su distribución porque “es un libro que se hizo con cariño, que celebra la pasión por la literatura, que cuenta la historia de una persona que lucha contra grandes obstáculos internos y externos para realizar su vocación de escritor, y que no teme nunca enfrentar a la autoridad para ser libre. Es un libro que ayuda a recordar qué es lo admirable en un gran escritor”.

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“Hace cuatro años escribí una obra de teatro sobre la vida de Mario Vargas Llosa hasta la mañana en que ganó el premio Nobel de literatura. La obra se llamó “La literatura es fuego”, título de su discurso al recibir el premio Rómulo Gallegos, y él aceptó actuar en un montaje que se estrenaría en Lima en marzo de 2016. Motivos de su vida personal no le permitieron continuar en el proyecto.

Este año, en el marco de los homenajes que le rinde la Feria del Libro de Lima, se programó una lectura dramatizada de esa obra en la que participaría él junto a ocho actores más bajo mi dirección. La ocasión animó a mis editores de Penguin Random House a publicar la obra junto a una introducción en la que yo explico las condiciones en que se gestó y escribió. Ambos proyectos me entusiasmaban mucho.

El 28 de mayo, compartí en mi cuenta de Facebook la noticia del diario El País que recogía una carta que no firmé y en la que varios escritores hispanoamericanos criticaban la poca presencia femenina en la Bienal Vargas Llosa. Lo hice con un comentario crítico hacia la Bienal, no hacia el escritor. Al día siguiente, la oficina de Vargas Llosa en Madrid me informó que Mario cancelaba su participación en la lectura sin darme ninguna explicación. El libro ya estaba impreso. El escritor no se opuso a su lanzamiento. Días después, un funcionario portavoz de la Bienal hizo declaraciones amenazadoras hacia mí y hacia otros dos escritores peruanos que también habían firmado o compartido la carta.

En un contexto así, he decidido no hacer una presentación del libro “La literatura es fuego” ni dar entrevistas sobre él. Agradezco, por supuesto, a Jerónimo Pimentel y a Johann Page de Penguin Random House por la generosa idea de publicarlo y por su apuesta por el teatro peruano, y también a Luis Yslas por su cuidadosa edición.

Uno podría preguntarse si tiene sentido distribuir el libro en circunstancias como estas. Yo creo que sí. Es un libro que se hizo con cariño, que celebra la pasión por la literatura, que cuenta la historia de una persona que lucha contra grandes obstáculos internos y externos para realizar su vocación de escritor, y que no teme nunca enfrentar a la autoridad para ser libre. Es un libro que ayuda a recordar qué es lo admirable en un gran escritor”.