8.5
Score

Pros

  • Los nigiris nikkei son espectaculares. Reflejan y condensan con una envidiable claridad la propuesta de Shizen Barra Nikkei: frescura, respeto por los insumos, sinceridad y una sencillez en la complejidad. Simplemente exquisitos.
  • El sudado con crocante de yuyo es una fuente llena de sabor marino: da ganas de sumergirse en ella. En este invierno limeño, no solo se vuelve una delicia, sino que se trata de una cálida necesidad.

Cons

  • Podrían bajar el volumen de la música, por fis: solo un poquito. Gracias de antemano.
  • Creo que se podría ampliar la oferta de cervezas japonesas.

Final Verdict

Shizen Barra Nikkei es una propuesta fresca, responsable y honesta. A pesar de que el restaurante cuente con solo meses de haberse inaugurado, Shizen ostenta un concepto bien pensado, platos que colindan con la espectacularidad y con un servicio muy personal y amable. ¡Súper recomendable!

Hey, ¿cómo van? ¿Me han extrañado? Jeje. Les cuento que hace unos días visité por primera vez Shizen Barra Nikkei (Calle General Borgoño, N° 286, Miraflores). Había escuchado muy buenas referencias sobre este restaurante de cocina fusión que desde hace seis meses viene dando la hora. Un gran amigo me lo recomendó y finalmente decidí visitarlos. Renato Kanashiro, Mayra Flores y Jorge Tomita, chefs propietarios de Shizen Barra Nikkei (sí, son los mismos dueños de Shizen, el mejor servicio de catering de makis, sashimi y nigires de todo Lima y alrededores) nos recibieron con diferentes platos de la carta. ¿Quieres saber qué tal estuvo todo? Pues sigue leyendo el review.  

 

Adivinen quién me acompañó en esta nueva aventura gastronómica: pues Verónica, la fotógrafa oficial de Diario de una food lover (solo vía Mano Alzada, ¡ya tu saaaa!). Nos encontramos en el Vivanda de Pardo y de ahí caminamos hasta Shizen. Si nosotras que somos unas súper despistadas encontramos el local, ustedes, queridos lectores, llegan de todas maneras.

Entramos a Shizen Barra Nikkei como a la 1:00 p.m. El restaurante tenía varios lugares disponibles, así que Vero y yo pudimos escoger donde sentarnos. Lo primero que noté al entrar es que es un recinto súper fresco y reconfortante: ideal para escapar del estrés del día a día.

Al sentarnos, el mozo se acercó de manera muy amable para ofrecernos la carta. Además trajo consigo un aperitivo de cortesía: leche de tigre.

 

Era un brebaje hecho a base de pescados y mariscos. Estaba tibiecito, como para calentar un poco el cuerpo. Además, nos sirvió para presentarnos la propuesta de Shizen Barra Nikkei: donde lo marino, lo peruano y lo asiático se fusionan de una manera armoniosa. Y saben qué: se sentían pedacitos de cebolla en cada sorbo. Los masticaba y se producía un crunchy sorpresivo y perceptible. Fue una experiencia muy sensorial y llena de sabor. Así como la entrada que viene: tiradito de bonito.

 

¿No es una preciosura? Por lo general, en Shizen Barra Nikkei se encuentra tiradito de caballa, pero el mar no ha estado dando este pescado: así que fue bonito en esta oportunidad. Lo bueno de esto es que el restaurante es sincero: nos comentaron el cambio del insumo al momento de hacer el pedido: punto para Shizen.

El tiradito de bonito (27 soles) presentaba una “camita” de ají amarillo, chispazos de crema de palta, gel de ponzu y uchucuta nikkei. Antes de comentarles qué tal estuvo les voy a confesar lo siguiente: no soy fan del pescado crudo; sin embargo, el tiradito de bonito que probé en Shizen Barra Nikkei estaba hecho una delicia.  El pescado se encontraba súper fresco y combinado con la salsa de ají amarillo, ya no ya. Se sentía un sabor medio picantito y acidito con un tono dulzón al final. Ninguno de ellos se sobreponía o abrumaba el paladar. ¡Ricazo!

 

Otra de las entradas que pudimos probar fueron los nigiris nikkei (2 por 16 soles). Pucha, la verdad, la verdad, fueron LA ENTRADA: impresionante. No, mejor dicho, no es una entrada: es una experiencia. Cada uno de ellos era parte de un sabroso y fresco viaje por el mundo marino. Vero y yo probamos tres tipos de nigiri: uno con conchita y crema de maíz, otro con percebes, y otro con navajas y emulsión de ponzu. Los tres ostentaban sus propias texturas y sabores. El rasgo común entre ellos era la frescura de los ingredientes y el equilibrio de sus sabores. Son espectaculares, pero si deseas probar solo uno, te recomiendo el de percebes.

 

Vale mencionar que para beber Vero y yo nos pedimos una chelita japonesa (12 soles). Estaba heladita y el vaso nos lo trajeron también heladito: como tiene que ser.

 

Como plato de fondo, Vero y yo probamos un yakimeshi tusán (29 soles). Es un chaufa blanco con una sábana de pescado crocante en salsa chi jau yú y una chalaquita. Miren, yo no soy una flaca de yakimeshis. Así de simple. Jamás lo pido cuando lo veo en una carta. El arroz se encontraba tostadito, sin estar gomoso ni seco. El pescado frito con la salsa y la chalaquita estaba súper sabroso. Lo que uno tiene que hacer con este plato es entreverar todo para que el arroz se bañe con la salsa chi jau yú y la chalaquita. Es un plato agradable, pero los nigiris y la delicia que viene a continuación sí eran espectaculares.

 

Miren este sudado nikkei (29 soles). Pasu madre… Viene con crocante de yuyo y arroz criollo para mezclar. Es muy intenso (pero sin atosigar el paladar). Cada sorbo era una explosión de sabor marino en la boca. Encima estaba espesito y calientito (sin llegar a quemar la boca). Además, el yuyo está súper crocante y con la sopita, uyyyyy.  No tengo palabras. Deliciosamente indescriptible. Es el plato de invierno de la carta. Pídanlo. Háganme caso. Van a terminar contentísimos. Se los aseguro.

 

Luego de probar todas las ricuras de Shizen Barra Nikkei, conversamos con Renato Kanashiro, uno de los chefs propietarios. Nos contó que él, Jorge y Mayra (también chef propietarios) comparten el mismo concepto o visión acerca de Shizen: cocina nikkei con claras raíces peruanas, que ostente un buen sabor y una buena presentación. En Shizen se trabaja con productos de temporada y se promueve la cultura de la sostenibilidad (¡bien!). Los clientes siempre van a encontrar a uno de los dueños cocinando detrás de la barra, presentándoles los platos, indicando de dónde provienen los insumos. Este detalle le da puntos a Shizen porque hace que el servicio se vuelva cálido y personal.

Eso es Shizen, una propuesta bien pensada y hecha, creada por tres jóvenes chefs que lo están dando todo por realizar sus metas, con responsabilidad y honestidad. De eso se trata la vida, ¿no? De hacer lo que más te gusta y luchar por ello, y si lo haces con otras personas que comparten tus sueños, pucha, eso sí que es vida.

Les recomiendo ir a Shizen Barra Nikkei con los ojos cerrados.  Si son de pescados y mariscos, Shizen es una parada  imperdible.

Dirección

Calle General Borgoño, N° 286 (Miraflores)

Horario de atención

De martes a jueves, 12:30-16:00 h y 19:00-22:00 h

Viernes y sábados, 12:30-16:00 h y 19:00-22:30 h

Domingos, 12:30-16:00 h

Los lunes el local está cerrado: que conste que les avisé.