Lilia Jaureguy denunció hace casi 10 meses a su esposo, el político Daniel Mora, de romperle la nariz y patearla en el suelo. Ella es una mujer de 72 años casada con un hombre que, hasta ese momento, era admirado por los peruanos gracias a su empeño en mejorar la calidad de la educación universitaria.

Esa imagen se vendría abajo y acabaría simbólicamente con su candidatura política, porque aún sigue en carrera electoral, cuando salió a la luz que el 20 de marzo del 2019 Mora había golpeado a su esposa furioso porque al usar uno de sus autos le había pinchado la llanta.

A partir de ese día, Jaureguy fue testigo de la completa ineficiencia del Estado para proteger a las mujeres. Según lo que narra, puso la denuncia en la comisaría, pasó por un médico legista que certificó las lesiones, la enviaron a un CEM y le otorgaron un abogado de oficio.

“Inicialmente el trámite fue bastante ligero, la denuncia en la comisaría, de la comisaría te mandan a una oficina que está cerca y que es del Ministerio de la Mujer. Allí muy amablemente conversé con un abogado de oficio y firmé un documento para que me represente”.

Pero luego de ello, empezó el letargo estatal, ella volvió a la casa familiar junto con su agresor, quien interpretó el hecho como un “incidente familiar” que sucede en 50 años de matrimonio y que se arregla de forma doméstica, y a ella no le quedaba más que convivir con su aún esposo.

Como relata la anciana, luego de ese proceso burocrático, “ya no pasó nada”. La entrevistó una psicóloga, fueron a su casa a averiguar algo que desconocía, y se acabó la comunicación. Para el Estado era un incidente más en la larga filas de temas que deben atender antes de proteger la vida de las mujeres. Mientras tanto ella iba a ver al abogado que le decía que su caso ya estaba en el Poder Judicial, pero que no se movía. Ella, evidentemente, terminó desistiendo de seguir con la denuncia hasta que esta fue destapada.

“A partir de ese momento ya no pasó nada, me entrevistó una psicóloga, otras personas fueron a mi casa a averiguar, qué se yo, pero pasó eso y no más se comunicaron conmigo. Estuve yendo a esta oficina a ver al abogado y él me decía que los documentos ya habían pasado al Poder Judicial, pero que realmente no se movían. Bueno, realmente me aburrí y dejé de ir”.

Mora sigue dando entrevistas y apareciendo en medios de comunicación despotricando de Julio Guzmán, otro soldado caído, exlíder del Partido Morado, y la policía no lo persigue. Jaureguy, en entrevista para un medio televisivo ratificó su denuncia y contó cómo la trató el Estado.

Hoy, 20 de enero del 2020, diez meses después de la denuncia, la Fiscalía de la Nación abrió una investigación preliminar contra Daniel Mora. Las lesiones están probadas.

Si Jaureguy, que es una mujer con posibilidades económicas para afrontar los primeros trámites de una denuncia de violencia, es tratada con esa negligencia, indiferencia y posterior abandono por el Estado, es claro concluir que miles de mujeres ancianas en situación de pobreza no tienen ni la más remota posibilidad de alcanzar justicia.