En un artículo publicado en El Comercio, titulado “La paridad es una trampa”, el periodista Federico Salazar muestra su ignorancia sobre el tema de la paridad y nuevamente es cuestionado por una serie de analistas e investigadores que le señalan que sus argumentos no tienen sentido y ya fueron superados.

El destacado constitucionalista Heber Campos señaló sus discrepancias con Salazar a través de sus redes sociales:

“Discrepo de la posición de Federico Salazar. Él considera que las cuotas electorales a favor de las mujeres atentan, entre otros, contra los derechos a la participación política y a la igualdad. Desde su particular punto de vista, no hay justificación razonable que permita discriminar entre hombres y mujeres a la hora de conformar las listas electorales. Una medida como está, afirma, atenta contra el legítimo interés de los partidos de designar a sus mejores candidatos, al margen del género.

Discrepo de la posición de FS por diversas razones. Destaco ahora dos en particular.

1. La igualdad, tal como la entiende nuestro Tribunal Constitucional y los tratados de derechos humanos suscritos por el Estado peruano, no consiste sólo en igualdad ante la ley. Esa interpretación del principio de igualdad ha sido hace mucho superada. Un contenido constitucional adscrito a este principio es también el de igualdad material o sustantiva. Este consiste no solo en tratar igual a los iguales y proscribir las diferencias de trato arbitrarias. Consiste también en valorar críticamente los motivos que hacen que un grupo o sector determinado sea discriminado. Desde este punto de vista, las acciones afirmativas aparecen como un remedio adecuado para garantizar un pie de igualdad mínimo para todos.

2. En el Perú ya existe una ley de cuotas: la ley de igualdad de oportunidades. Gracias a esta medida la participación de la mujer en espacios de representación política ha mejorado. Hemos pasado, por ejemplo, de tener poco menos del 10% de mujeres en el Congreso, a tener, en promedio, poco más del 20%. Pero ha sido, sin duda, una medida insuficiente. No tenemos ninguna mujer gobernadora regional, y no hemos tenido ninguna mujer Presidente. Eso que, en principio, no tiene porque ser imperativo, sí es un indicador de las limitaciones que tienen que superar las mujeres, a diferencia de los hombres, para acceder a esos puestos públicos, pese a que, según el último censo, son más de la mitad de toda la población electoral.

Por último, creo que no debe pasar desapercibido un argumento que se suele repetir insistentemente. Según éste el acceso a un cargo público no debe depender del género. El criterio que los electores deben valorar es la capacidad y el mérito. Dado que este argumento es planteado, sobre todo, por quienes defienden el status quo actual, eso significa entonces que aceptan que los hombres poseen 5 veces más mérito que las mujeres, dado que esa es la proporción entre hombres y mujeres en el Congreso. Y que los hombres poseen todo el mérito y las mujeres ninguno en la política subnacional, pues esa es la proporción entre hombres y mujeres en los gobiernos regionales. Como comprenderán ese argumento no solo es absurdo, sino perverso, y debería ser el punto de partida para cuestionar el sentido de una realidad que merece cambiar urgentemente”.

Así también, en Twitter muchos mostraron su malestar por al ignorancia supina de Salazar al escribir columnas tan mal argumentadas.

¿En El Comercio no existe un editor/a que haga algo para que Salazar siga escribiendo sobre lo que no sabe? ¿O les gusta repetir los errores?