En la Carta Apostólica denominada Motu Proprio, el Papa ratifica la orden de jubilación para todos los obispos, arzobispos y aquellos que ocupan cargos pontificales de renunciar y jubilarse a los 75 años de edad.

Así lo señalan los artículos 1 y 2 de este documento titulado “Aprender a despedirse”:

  • “al cumplir los setenta y cinco años de edad los obispos diocesanos y eparquiales, y cuantos sean equiparables en los cánones 381 § 2 CIC y 313 CCEO, así como los obispos coadjutores y auxiliares o titulares con encargos pastorales especiales, son invitados a presentar al Sumo Pontífice la renuncia a sus oficios pastorales”.
  •  “cumplidos los setenta y cinco años, los Jefes de Dicasterio de la Curia Romana no cardenales, los prelados superiores de la Curia Romana y los obispos que desempeñen otros oficios o dependencias de la Santa Sede, no cesan ipso facto de sus oficios, sino que deben presentar la renuncia al Sumo Pontífice”.

Recordemos que el Arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani cumple 75 años este 28 de diciembre, por lo tanto tendrá que presentar su renuncia al Papa ipso facto. Fecha crítica para un actor político controvertido en el Perú.

Cipriani se ha visto vuelto en el escándalo no solo cuando señaló que los derechos humanos (o quienes lo defendían) era una cojudez en los tiempos que estaba encargado de la Diócesis de Ayacucho y arreciaba el terrorismo y la sangrienta respuesta del Gobierno en contra de implicados e inocentes, llegando incluso a poner un cartel fuera de su iglesia con la siguiente cita: “Aquí no se atienden reclamos de derechos humanos”, sino cada vez que intervenía en política defendiendo al presidente de su preferencia o haciendo campaña para su candidatx elegido.

Con el tiempo fue fortaleciéndose como el ala dura de la Iglesia, intentando intervenir en la Pontificia Universidad Católica del Perú, pregonando un discurso de odio contra las personas LGTBI (los llegó a llamar “mercadería fallada“), su polémica intervención en el secuestro en la Embajada de Japón, su papel protagónico en las Marchas por la vida, contra el derecho al aborto, o siendo invitado a no seguir colaborando en el diario El Comercio al descubrirse que había plagiado en varias de sus columnas.

Pero tal vez su frase más desafortunada fue cuando señaló en su programa matutito en RPP, que la violencia contra las mujeres no era por culpa de los agresores, que hay abortos de niñas,  pero no porque hayan abusado de ellas, sino porque las niñas “se ponen como en un escaparate provocando” que las violen, lo que originó diversas protestas.

Este 5 de marzo son las nuevas elecciones de la Conferencia Episcopal y seguramente Cipriani estará luchando por ocupar la presidencia, que lo llevaría a ser vicegrancanciller de la PUCP.