Luego de que el exministro de Cultura, Luis Jaime Castillo Butters, fuera denunciado por varias exalumnas por una serie de delitos de carácter sexual, este empezó su defensa a través de una querella por difamación en contra del periodista estadounidense que publicó el reportaje, Michael Balter, quien recibió una carta notarial del abogado Raúl Canelo. El argumento en contra de Balter, según Canelo, es que este, al recoger las denuncias contra Castillo Butters, está actuando “con una visión imperialista” basado en un “colonialismo cultural” (¿?).

Pero el problema no solo es el ridículo argumento de Canelo para defender a su cliente, sino que hay un serio conflicto de intereses, pues Canelo también asesora legalmente a la PUCP en casos de violencia de género. Es decir, de defender a las víctimas, pasa a defender a un sospechoso de violencia de género. Debido a ello, representantes de organizaciones estudiantiles y feministas de la PUCP exigen a sus autoridades que corten todo vínculo con este estudio de abogados.

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Frente a continuos actos de hostigamiento, que incluyen cartas notariales enviadas a quienes difundan las denuncias contra Castillo Butters, las mujeres sobrevivientes a la violencia ejercida contra ellas, le mandaron una carta abierta en la que sostienen que son más que los siete testimonios publicados por Balter y que no se van a detener hasta encontrar justicia.

10 de julio de 2020

Luis Jaime Castillo Butters,

Somos algunas de las mujeres que, a lo largo del tiempo, te has encargado de invalidar -una y otra vez- cuyos límites y fronteras has invadido; cuya humanidad no has respetado, cuyos cuerpos has explotado y cuyas inocencias te has robado. No somos todas. Debes saber que somos muchas más. De todos modos, somos suficientes.

Escuchamos tu entrevista. Escuchamos cómo nos ha tratado de callar una vez más usando tus formas habituales. Pero queremos que sepas que tus amenazas no funcionan. En realidad, nunca funcionaron. Y eso, en el fondo lo sabes: nunca lograste callarnos; nuestras palabras e historias se han contado a muchas personas y seguiremos rompiendo el silencio.

Nos criticas por mantenernos en el anonimato. Porque te hace sentir amenazado. Porque se han cambiado las reglas y te das cuenta de que tu poder está siendo desarmado. Tienes miedo del anonimato porque crees saber quiénes somos, pero no estás del todo seguro. Después de todo, le has hecho daño a tantas mujeres.

Hemos roto nuestro silencio de manera pública por varias razones: porque ha llegado el momento, porque el dolor que nos ha tenido ha llegado a sanar y porque ahora contamos con una red de apoyo internacional. Lo hacemos también porque todas tenemos una responsabilidad ética de proteger a las personas que se cruzan en tu camino. Luchamos por negarte la posibilidad de hacer más daño a tus estudiantes y colegas. Ya ha llegado el momento para poner fin a tus abusos. Ha llegado el momento de desmantelar la arquitectura de impunidad que ha facilitado tu ascenso al poder. Pero esto ha llegado a su fin.

Hemos analizado la entrevista que le brindaste a Perú21. Queremos responderte a ti y a todas las personas que han creído -por algún momento- lo que dices ahí, cuestionando nuestras historias y nuestras voces. La transcripción de la entrevista puede ser encontrada al final de esta carta. Particularmente, no ha sido una sorpresa para nosotras el escucharte hablar de esta manera, lo fácil que es para ti mentir y tergiversar nuestra historia. Intentas distraer, contrarrestando nuestras voces con argumentos ad hominem y argucias. Utilizas las defensas típicas de un abusador; Algo claro para cualquier persona que tenga una idea de cómo es que los abusadores hablan y actúan. Pero debemos reiterar que, conociéndote, no esperábamos nada diferente de ti.

Tenemos algunas preguntas para ti –preguntas que el periodista debió hacerte, pero tal vez estaba demasiado asustado para hacerlo. Después de todo, hiciste esta amenaza pensando que pasaría desapercibida:

CASTILLO: [28:12] Mire, yo no le digo que vote por mí, pero también le pediría, porque alguna vez tuvo un problema con Perú21 con el asunto de las minas, entonces, -yo lo que le he dado es mi versión y espero que no, no, no, no se tergiverse- siempre corre uno el riesgo, ¿no?

Pero antes de ir al final de la entrevista, comencemos por el inicio. Mencionas que somos anónimas, mujeres sin rostro, identificadas solo con letras. Pero también mencionas que sabes quiénes somos. Te equivocas al no ofrecer una narrativa coherente.

CASTILLO [4:07]: Sí, claro. Lo que pasa es que, como el mundo de la arqueología es muy pequeño, ¿no ?, podemos deducir —yo puedo deducir— quiénes son las personas que están apareciendo.

CASTILLO: [5:50] Entonces … y si es anónimo, y usted no tiene los nombres de las personas, ¿cómo hace para defenderse? Creo que estamos ante una situación muy compleja porque [6:04] hoy en día, ¿no? —pueden destruir la reputación de cualquier persona, digamos, en un… en un — con cinco letras, ¿no?

Tratando de ponderar el anonimato intentas distraer e invalidar nuestras experiencias. Deberías saber que no hacemos estas acusaciones como informantes anónimas. Tenemos nombres, rostros, memorias de tus abusos y testigos para corroborar todos los hechos.

Descartas nuestras historias, mencionando que tienes entre 20 y 100 testimonios que pueden decir lo contrario. Presentas esto como evidencia que lo que contamos realmente no pasó.

CASTILLO [11:46] Pero ninguna de las cosas que se dice ahí, digamos, son correctos. Y para descartarlas tengo el testimonio de más de 100 de mis alumnos que estuvieron presente en [ininteligible]. 100 alumnos, algunos peruanos, extranjeros, algunos en esos años y pueden confirmar que todo lo que dice este señor es falso.

CASTILLO: [18:24] Mira, lo que me parece correcto porque aquí tenemos la versión vertida por tres personas, contra la opinión que van a dar 20-30 y van a contar una historia completamente diferente, seguramente.

CASTILLO: [19:56]… la opinión de tres personas, contra la opinión mayoritaria de 40-50 no puede prevalecer, ¿se da cuenta?

Pero, somos mucho más de tres, pese a que repites esto a lo largo de tus respuestas. Pero eso no es importante, porque así hayas abusado de una sola persona, no importaría lo que 100 personas tienen para decir sobre ti. Igual, hiciste lo que hiciste y la verdad prevalecerá.

Así que, por favor, recopila las cartas de la gente que te debe favores, que te tiene miedo; o, peor aún, que ha naturalizado el hostigamiento y abuso sexual a tal magnitud que no les cree a las mujeres que levantan la voz. Y a aquellos que ponen en duda nuestra integridad les preguntamos: ¿Qué vamos a ganar, más allá de un sentido de justicia tan esperada? Luis Jaime Castillo, por más que intentes negarlo, esto nos pasó y tú lo sabes bien.

Más adelante tratas de invalidar nuestros argumentos en base a la “responsabilidad legal” sobre nosotras. Niegas responsabilidad sobre nuestras historias sobre hostigamiento sexual y abuso de poder que te acusan al mencionar que éramos estudiantes extranjeras y que nunca fuimos “tus estudiantes”. Es más, centras la discusión en nuestros testimonios, ignorando totalmente las historias de los estudiantes peruanas.

CASTILLO: [20:14] Y nunca hemos tenido ninguna queja hasta que han aparecido estas informaciones de este señor y de tres estudiantes norteamericanas. Además, no eran mis estudiantes. No eran alumnas mías. Eran tres arqueólogas que vinieron aquí, básicamente, con sus profesores para buscar un proyecto de investigación. Nunca fueron mis alumnos en el momento en que se narran los hechos. No eran de la Universidad Católica, no tenían ninguna relación con la Universidad Católica. Eran tres arqueólogas que vinieron al Perú a buscar una oportunidad de investigación.

¿Estás insinuando que un estudiante solo puede experimentar abuso sexual y hostigamiento si es que es su profesor o profesora? ¿O si es que son del mismo instituto? Muchas de nosotras participamos en la escuela de campo de San José de Moro, en la Universidad Católica (PUCP) y en algunos años en la Universidad de Harvard. Tú eras el Investigador Principal. Sin embargo, aún si no hubiéramos estado matriculadas en la escuela de campo en el momento que pasaron estos eventos, no teníamos el derecho de hacer lo que hiciste.

Poco tiempo después, atacas la manera en la que hemos decidido pronunciarnos, buscando provocarle miedo a otras personas al sugerir una mafia sin rostro que intenta quemar la academia.

CASTILLO: [22:02] Y claro, a mí me ofende mucho pero, por otro lado a mí me quita las ganas de seguir en el círculo de investigación, porque si así voy a ser de aquí en adelante y vamos a darle oídos a denuncias que vengan de Twitter, y que vengan de blogs —mire— mejor nos buscamos otra cosa que hacer, porque si van a parar, ¿no?

Del mismo modo, nuestras historias y acusaciones contra ti no comenzaron en Twitter. Hemos sido abiertas sobre tus problemas éticos todos estos años. Se lo hemos dicho a nuestros compañeros de clase y colegas, a nuestros (as) mentoras (es) y personas de nuestra red. Tu mala conducta es un secreto a voces en la academia.

¿Sabes por qué las sobrevivientes deciden hacer sus denuncias públicas a través de la prensa y de las redes sociales? Es por las formas de nuestras instituciones y su precarias vía para hacer denuncias, las cuales están diseñadas para proteger al abusador. Estas mismas nos han fallado una y otra vez. Nadie puede juzgar la manera en la que nosotras hemos y continuamos decidiendo cómo contamos nuestras historias. Quizá eso te asusta. 

La tuya no es una reputación estelar que ha sido destruida por el reportaje de un periodista.  Siempre has tenido una reputación de ser un abusador que se presenta con todo su privilegio como un escudo de protección. Abusaste de tu poder de manera abierta porque te creías invisible. Por eso hay tanta gente que está respondiendo de manera positiva a nuestro llamado por el cambio. Ellas (os) también han querido esto por mucho tiempo.

Presentas tu narrativa invocando el miedo a través de declaraciones hiperbólicas al sostener que las mujeres, al hablar del abuso del que hemos sido víctimas, resultará en acusaciones infundadas contra todos los profesores y académicos. Un argumento desesperado y cobarde. Muchos estudios han seguido que los informes falsos son poco frecuentes.

CASTILLO: [22:22] Van a denunciar a todos los profesores, a todos los académicos. Y lo que va a ocurrir es que nunca jamás van a querer tener un solo alumno, ¿se da cuenta?

CASTILLO [28:31] Lo que yo le he dicho fíjese es lo que es la verdad. Yo no me estoy inventando y lamentablemente, como le digo, veo un problema muy grave, porque TODOS los profesores de TODAS las áreas —de TODAS las universidades— en este momento, están bajo ataque. Y no bajo ataque por su comportamiento, porque hay sinvergüenzas, ¿no? Sino por el hecho que basta una nota en un blog, basta una acusación anónima, para destruirle la carrera, la reputación, la honra, del profesor y su familia, ¿se da cuenta? Entonces, bueno. En esos estamos, en realidad no solo un profesor, de un periodista, de un político — de cualquiera, ¿no?

Luis Jaime Castillo, esto no es una cacería de brujas. Las sobrevivientes no salen detrás de todos los individuos en la academia, solo detrás de aquellos que han sido abusivos con su poder. El propósito aquí no es dejar a la academia sin hombres, sino dejar la academia sin personas abusivas. Así que en vez de decir que los académicos dejarán de recibir estudiantes porque las historias de abuso se están visualizando, ¿qué tal si los abusadores dejan de abusar? En realidad, es así de sencillo.

Aparte de presentarnos como portadoras de horcas que buscamos justicia de manera mafiosa, también mencionas que tenemos una visión distorsionada de la realidad porque no sabemos o tenemos lo que se necesita para ser académicas, profesoras o arqueólogas. Que somos frágiles, emocionales y débiles. Que nos falta empuje y fortaleza.

CASTILLO: [24:23] Y de los alumnos, evidentemente, viviendo ahí, ellos están ahí, mire, yo -mire, osea, en ese ámbito, yo creo que ahora es un ambiente tenso; es un ambiente —la investigación arqueológica es un ambiente de mucha sensación, de mucho estrés, de mucho esfuerzo físico, ¿no cierto ?, donde la gente evidentemente —no? Se cansa, se ofusca, o porque se trabaja de lunes a sábado de 6 de la mañana a 7 de la noche y luego vive con gentes [ininteligible], ¿se da cuenta? Estos períodos de investigación en el campo son muy, muy intensos, [ininteligible] digamos, todas estas situaciones. Alguna de las personas que creo que es la [25:08] Estudiante B, por ejemplo, es una persona que estuvo en el proyecto y dice que ella tuvo mucha tensión, ¿no cierto? Y, ¡claro! El trabajo de un profesor es como trabajo de tu editor que te dice “termina la nota” antes de poner un pie fuera del edificio. ¿Se da cuenta? El trabajo del director de un proyecto es exigir y avanzar y a veces, evidentemente, eso genera, esa sensación de que hay mucha fuerza, pero lamentablemente así es la vida real, y así es un trabajo, ¿se da cuenta? En la universidad, los estudiantes creen que no, que el mundo va a ser, digamos, parecido como es la universidad, pero quien ya está en el mundo laboral se dará cuenta que eso no es así.

Tu sexismo está clarísimo. Rechazamos la manera en la que nos empequeñeces, sobre todo cómo sugieres que lo que vivió la Estudiante B era meramente “tensión” en tu proyecto. La Estudiante B no necesita que hables por ella. Ella habló fuerte y claro sin la necesidad que intervenga por ella de una manera tan paternalista y misógina.

Además, la Estudiante B sabe muy bien qué es ser exitosa en la academia. No tuvo que besarte el anillo. Ella y cada una de las mujeres valientes que han expuesto tus abusos, han triunfado sin tu ayuda académica o tus conexiones. También rechazamos tajantemente tu lenguaje paternalista y misógino hacia las mujeres, llamándonos “chicas”. No somos chicas, ni lo fuimos cuando te conocimos. Somos mujeres, y muchos años después, ahora tenemos la responsabilidad de velar por la seguridad de nuestros propios estudiantes.

Luis Jaime Castillo, también sabemos lo que es el trabajo duro. Nuestras familias nos inculcaron una buena ética de trabajo y persistencia, ya que muchas de nosotras hemos luchado toda nuestra vida. Nada nos fue regalado. Hemos luchado por lo que tenemos y eso nos ha hecho fuertes. Nosotras sobreviviremos esto y te transcendemos.Porque somos muchas, porque cada vez somos más. Solo un recordatorio, esto es como el Sr. Balter nos presenta:

El 2 de junio, solo unos días después de que Harvard Crimson sacó la historia contra Urton, fui contactado por una persona del colectivo de mujeres que está organizada para contraatacar los abusos en la arqueología; sobre todo en el Perú. El núcleo de este grupo tiene cerca de 15 personas al momento en el que esto se está escribiendo. Incluye profesionales del Perú, América del Norte y muchos otros lugares. Este colectivo se está reforzando con un gran número de redes de apoyo alrededor del mundo, con el número actual de personas apoyando su lucha, en los cientos.

La representación que hace el Sr. Balter sobre nosotras y nuestras redes de apoyo es correcta. Somos una colectiva organizada que está definida por la solidaridad que nos mostramos entre nosotras, al igual que una visión y un compromiso compartido. Estamos juntas. Le hemos dado nuestros nombres y afiliaciones al Sr. Balter. Él ha mantenido su promesa de proteger nuestra identidad durante todo este proceso. Él ha verificado y corroborado nuestras denuncias con testigos y fuentes. No compartió ningún tipo de información sin nuestra aprobación previa.

Para ser claras, nosotras nos aproximamos al Sr. Balter porque nos escucha y es tan valiente como nosotras. A él no le importa quién eres —solo le importa que has perjudicado a un gran número de personas. Continúas tratando de intimidarnos al decir que podríamos dejar de usar el anonimato y mirarte a la cara y así saber más de nosotras y nuestras redes de apoyo. Tratas de sacarnos a la luz. Pero, sabes, nosotras vamos a decidir si es que y cuándo nos presentamos al público. Nosotras controlamos este proceso, no tú.

Si de verdad eres tan inocente como mencionas en tu entrevista, no será difícil para ti refutar los puntos que estamos presentando. Estamos atentas a tu “evidencia”.

Las Mujeres Que No Pudiste Silenciar

PD: A todas (os) las (os) estudiantes y exestudiantes que han alzado la voz, agradecemos su apoyo. A todos (as) los que han sido intimidados (os) para no salir a contar sus historias: las vemos, las escuchamos y estamos de su lado. Tengan por seguro que persistiremos. Hacemos esto por ustedes y por las futuras generaciones de arqueólogas (os) del Perú. También queremos que sepan que al pasar de los días nuestras redes internacionales van creciendo; nuestro apoyo incluye recursos financieros para asistir a quien lo necesite si es que Luis Jaime Castillo Butters y sus aliados (as) deciden actuar con represalias.