Luego de que la crítica de cine mexicana Fabiola Santiago denunciara al director del Festival de cine Transcinema, John Campos Gómez, de abuso de poder, sexual y racismo, este fue retirado de la dirección del festival. La decisión se supo a través de un comunicado del festival en donde señalan que tomaron “la decisión de apartarlo en el cargo que ejercía como director, así como cualquier participación en el Festival y su organización”, lo que les permitirá “continuar con la búsqueda permanente de generar más espacios de diálogo e interacción que reflexionen sobre el abuso de poder, sus representaciones en el hacer cinematográfico y la hegemonía en la que funcionan los festivales y demás instancias de la industria del cine”.

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El caso

El 7 de marzo, el exdirector de Transcinema publicó un texto de reflexión acerca de las masculinidades y su propia experiencia de ser hombre:

MASCULINIDAD FRÁGIL. Soy un hombre heterosexual casi en todos los tópicos. Tópicos cada vez más puestos en cuestión y aún más en el contexto profesional que habito. Estos tópicos en algunas casas les llaman roles masculinos; y en otras pocas, modales del patriarcado. Suelo ser naturalmente parco, se me escapa muchas veces la brusquedad en el trato y aún soy torpe con las emociones de los demás. Son defectos normalizados en los varones como si fueran de nuestra naturaleza. Sin embargo, debería ser fácil de entender que si algo lastima a los demás, entonces es un problema. Ni vuelta ideológica que darle. Toca corregir, mejorar para todos. Hago memoria y recuerdo que mis ásperas vivencias cuando niño en mi barrio de Breña (centro de Lima) me acostumbraron a una cotidianidad achorada y hostil que se alternaba con las ternuras que podía recibir en casa. No obstante, en un barrio popular y en un colegio estatal de varones está tácitamente prohibida la fragilidad porque sino te pasan por encima. Entonces uno va creciendo reacio y torpe, machito y arisco, insensible e indiferente. Y así somos varios, quizás la mayoría. El machismo está en nuestro cotidiano. A veces lo vemos, a veces no y muchas veces no lo queremos ver porque demandaría cuestionar certezas que nos acomodan. No estamos aquí para juzgar a nadie, salvo a nosotros mismos como parte de una misma sociedad, un lugar donde no vivimos solos. Si ayer la cagamos, hoy podríamos intentar corregir eso que aprendimos mal. A lo largo de nuestras vidas todos hacemos cosas buenas en diferentes medidas, las reconocen quienes nos quieren y están agradecidos por ellas. Pero así mismo también se nos puede recordar por lo contrario y ello ser incluso más profundo e hiriente para quienes sólo probaron de nosotros esa infelicidad. Son daños emocionales que deben ser reparados con honestidad y compromiso. Es así que fragilizar nuestra masculinidad no puede tener nada de malo, más bien la desprejuicia y amplía. Nos desahueva. Le quita las poses, conserva lo más sincero y previene daños. (Aunque si te opones a toda fragilidad por miedo a sentirte débil, deberías ser menos severo contigo mismo pues no es necesario forzar rudeza para aparentar nada).Uno siempre se queda corto pensando sobre experiencias de toda una vida a la vez que el (des)aprendizaje continúa. Mis sinceras disculpas si corresponde y muchas gracias por lo de menos“.

Luego de publicarlo, la crítica mexicana Fabiola Santiago respondió esta declaración con el siguiente comentario:

Y en su Twitter ahondó en el tema:

La denuncia despertó la solidaridad de otros festivales y redes de cine, quienes también se pronunciaron:

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