Alberto Santana, líder evangélico que saliera a la luz por su acercamiento a Keiko Fujimori y por invadir con sus feligreses la explanada del estadio de Alianza Lima, renunció ayer al liderazgo de la Iglesia Cristiana Aposento Alto, tras ser denunciado por una joven de 23 años por maltrato y por mantener una relación de concubinato.

El pastor de 57 años dejó así su iglesia al mando de su hijo Cohelet Santana. Entre el llanto de sus seguidores, el cuestionado religioso abandonó el cargo y dijo estar arrepentido por lo acontecido. Pero insistió en la responsabilidad de la joven, de quien manifestó “que siempre estuvo en pleno uso de sus facultades, siendo en su momento mayor de edad” para ocultar la manipulación ejercida sobre la denunciante.

De esta manera, Alberto Santana evitó profundizar en el tema de los audios que fueran difundidos en el programa “Punto Final”, en los que se demostraban los maltratos a los que se vio expuesta la joven a lo largo de una relación extramatrimonial que se prolongara desde junio del 2016 a junio del 2018.

A la denuncia de la joven, se le suma además, la acusación de Erika Soria, quien estudió en la Escuela de Ministros y fue expulsada por revelar los malos manejos de los ingresos por los diezmos. Ella, a pesar de realizar todos los pagos, no consiguió título alguno de la referida escuela.

Según el programa “Beto a saber”, la iglesia Aposento Alto cuenta con un centro educativo de inicial, primaria y secundaria, así como una editorial de libros cristianos y dos centros bíblicos a modo de instituto y universidad. Alberto Santana tiene, además, un terreno de mil metros cuadrados en Camacho valorizado en aproximadamente un millón de dólares.

El odio hacia las mujeres no es algo nuevo en el discurso de este líder evangélico, tanto él como su hijo, proclaman la necesidad de adiestrar a las mujeres. Como se difundió en un video, el hijo de Santana aseveró: “Cuando una persona golpea a su esposa, la biblia dice que el hombre se suele corromper, cuando se corrompe el alma de la persona es cuando golpea. Cuando golpea cuatro veces se daña o se hace algo malo, el alma de la persona se corrompe y es difícil que la persona vuelva hacerlo.”

Un daño para la fe y para las mentes de las y los creyentes.