Dos crímenes contra mujeres trans ocurrieron mientras el Perú se desangraba a manos de un gobierno asesino. Erika Quintana Ávalos y Ale Castillo Limache no solo son parte de una trágica estadística que afecta principalmente a mujeres trans: los crímenes de odio, sino que son parte de un abandono total del Estado peruano, que se niega a reconocerles derechos.

Erika Quintana Ávalos (20) fue asesinada y su cuerpo fue encontrado con signos de tortura y calcinado dentro de un auto blanco (placa de rodaje T31-669) en el sector El Acuario, en el centro poblado de Las Delicias, distrito de Moche (Trujillo), el viernes 20 de enero.

Según el director de la Tercera Macro Región Policial de La Libertad, Augusto Ríos Tiravanti, hay tres personas involucradas en este crimen. “Las tres personas que estuvieron con él han sido identificadas. En este caso se están pidiendo las medidas limitativas que son la detención de estas tres personas implicadas en este homicidio”, señaló.

Fueron las cámaras de vigilancia cerca a la discoteca “Maroma” las que captaron con quiénes salió Erika y el momento en que sube al auto en donde sería quemada.

Lamentablemente, la policía y la prensa siguen utilizando categorías equivocadas para referirse a este tipo de crímenes, el asesinato cruel y con tortura, como es calcinar a una persona, no tiene nada de pasión y sí mucho de racionalidad, preparación, premeditación y alevosía.

Al llamar a estos crímenes originados por la discriminación y la transfobia, “crímenes pasionales”, se intenta justificarlos, pues en el fondo lo que se quiere decir es que hubo “alguna buena razón” para matar a la víctima, y eso “despertó” en el asesino un repentino deseo de muerte. Nada más alejado de la realidad.

La Red Trans La Libertad realizó un plantón en el Ministerio Público del Distrito Fiscal La Libertad exigiendo justicia para Erika. La presidenta de la organización, Jazmín Goicochea señaló: “No queremos que esta muerte quede impune, todas las muertes de nuestras compañeras se han mandado al archivo, ninguna ha recibido justicia, estamos aquí por Erika y todas las mujeres que son asesinadas en Trujillo”.

En el caso de Ale Castillo Limache, ella desapareció el domingo 22 de enero cuando salió de la discoteca Starplus, en el distrito de Camaná (Arequipa), con un sujeto de aproximadamente 30 años. Ambos se dirigieron a un hostal cercano en donde el hombre la asesinó. Su cadáver fue ubicado dos días después, el 24 de enero.

Las cámaras de vigilancia del hostal lograron grabar el rostro del sujeto.

La organización por los derechos de las mujeres trans, Féminas, se pronunció al respecto: “Una vez más lamentamos las muertes de nuestras compañeras trans. Erika Quintana Avalos (La Libertad) y Ale Castillo Limache (Arequipa) son las nuevas víctimas de la transfobia de nuestro país, aquella que se resiste a desparecer por la impunidad que le brinda el Estado y la sociedad”.

En Lima se realizó un plantón frente al Palacio de Justicia el 30 de enero exigiendo justicia para ambas mujeres.