*Miera: término que pertenece al relato de la obra Monólogos desde las tinieblas del escritor chinchano Antonio Gálvez Ronceros.

Ni la peor de las desgracias ha sido suficiente para ser testigos de un milagro, el país que habitamos está envenenado, históricamente, de corrupción y traición.

La fragilidad institucional no es nueva; Fujimori-Montesinos, Toledo, García, Humala, Kuczysnki y ahora el gobierno en curso de Vizcarra nos enrostra el mal endémico que padecemos: la corruptela.

¿Acaso es poca cosa que en pleno estado de emergencia sanitaria, autoridades hagan mal uso del presupuesto otorgado por el Estado poniendo en riesgo la salud pública?, ¿no es infame que se repartan mascarillas con logo y rostro de distintos padres de la patria con miras a las elecciones 2021?, ¿es normal que regidores incluyan en padrones a sus familiares directos como beneficiarios de las canastas de apoyo del gobierno?, ¿tiene lógica que sea tan fácil y sencillo el falsear información con supuestos beneficiados de las canastas municipales?, ¿tiene perdón que funcionarios roben medicinas y equipos de bioseguridad de las mismas farmacias de hospitales estatales?, ¿es un acto humano donar víveres vencidos o sin registro sanitario y culpar a los pobres por ser pobres?

No, no, no, 2021 veces no.

¿Estos hechos podrían representar traición a la patria?, ¿se podría materializar las propuestas legislativas que plantean cadena perpetua y pena de muerte ante casos de peculado y corrupción de funcionarios?, ¿es una medida populista o realmente necesaria?, ¿será que las cárceles se abarrotarían con la corruptela peruana?

En este país de “miera”, el peruano pobre es más pobre, el peruano rico no ha perdido nada, solamente ha dejado de facturar como antes, que no es lo mismo.

En este país de “miera”, los grandes conglomerados empresariales, despiden masivamente a sus trabajadores con anuencia del aparato estatal y muy sueltos de huesos acceden a millonarios préstamos que tiene como garante al Estado peruano.

En este país de “miera”, los profesionales de la salud enfrentan a la covid-19 con bolsas de plástico como mandiles, con mascarillas y guantes rotos y contaminados, con sueldos miserables que suben de sol en sol, solo cuando el gobierno de turno se encuentra enfrascado en una huelga indefinida.

En este país de “miera”, los trabajadores de limpieza pública afrontan su labor diaria sin los debidos equipos de protección, arriesgando la vida, cada día.

En este país de “miera”, policías y militares contagiados de coronavirus en pleno uso de sus funciones mueren en las puertas abarrotadas de los hospitales colapsados de pacientes y familiares que suplican por atención digna.

Estamos acostumbrados a ser espectadores del gran show de las miserias peruanas: el pobrecidio pandémico.

En los próximos comicios del 2021 tendremos la responsabilidad de votar por nuevo presidente, congresistas, parlamento andino y ahora, a pedido del mandatario, referéndum a favor o en contra por la inmunidad parlamentaria.

Quienes vayamos a las urnas a ejercer el voto, tendremos el poder de desterrar a los partidos políticos que han desfalcado, engañado y coimeado al Perú durante décadas.

No permitamos que tome el poder la misma “miera” de siempre, no permitamos más Martha Chávez y Luz Salgado (financiadas por Montesinos en la campaña presidencial en el año 2000), Richard Acuña (investigado por delito de fraude procesal), Yesenia Ponce (investigada por el delito contra la fe pública y falsa declaración en proceso administrativo, en agravio del Jurado Nacional de Elecciones por mentir en su hoja de vida), Moisés Mamani (investigado por los delitos de falsedad ideológica y falsedad genérica en agravio del Jurado Nacional de Elecciones; además, tiene una investigación por el delito contra la libertad sexual por tocamientos indebidos), Antonio Mezarina (exalcalde de Barranco, quien tiene tres investigaciones por peculado, asociación ilícita para delinquir y malversación, retardo injustificado de pago), Betty Ananculi (investigada en dos procesos por los delitos contra la fe pública, falsificación de documentos y uso de documentos públicos falsos), Wilmer Callayhua (quien registra una de las votaciones más altas según los resultados de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, tiene denuncias por violencia familiar formuladas por su esposa, Gregoria León Butrón), entre tantos otros que quedan sin mencionar.

Propongo escribir una nueva narrativa peruana donde tengamos frescas todas las memorias y deje de ser normal vivir en un “país de miera”. Donde, como decía Arguedas en su Yawar Fiesta: “Cada ayllu se levantaba, entero, para defender a sus comuneros”.

No permitamos que reine la conveniencia de quien maneja el poder y la historia y nos aleje cada vez más de la nación soñada, de esa patria reconstituía; escribamos en las calles, plazas y avenidas un nuevo pacto social por un Perú abigarrado y radicalmente pluralista.