Con 73 votos a favor, a pesar de todos los intentos de que eso no sucediera, el premier Guido Bellido y su gabinete fueron ratificados por el Congreso de la República a través del voto de confianza.

Los 50 votos en contra fueron de Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País y, sorprendentemente, del Partido Morado, en donde sus tres congresistas, Susel Paredes, Flor Pablo y Edward Málaga fueron felicitados por el fujimorismo.

Los naranjas y sus aliados repitieron nuevamente lo que las fuerzas vacadoras sostenían desde que Pedro Castillo remontó en las elecciones: que el Perú se va a convertir en Cuba o Venezuela, que el comunismo, que Mark, que el totalitarismo, el terrorismo y el marxismo leninismo, pero no lograron impactar en sus colegas del Parlamento.

Votos importantes para Perú Libre fueron los que emitieron Alianza por el Progreso, Somos Perú y Acción Popular, lo que les garantizó la continuidad de una gestión que fue duramente criticada por una serie de denuncias, infladas la mayoría por un periodismo de sicarios, pero que en algunos casos tenía razón de ser, como la inexperiencia de varios ministros y sus asesores, la falta de paridad, la homofobia, entre otras.

En conferencia a las afueras del Congreso, Fuerza Popular señaló que se había elegido al “gabinete más mediocre que hemos tenido en la historia republicana”, sin recordar todo el daño que el fujimorismo ha hecho en la vida republicana, y sus aliados apristas también.

También mencionaron que serán un “muro de contención ante los impulsos totalitarios, ante su búsqueda de eliminar nuestra Constitución y ante su improvisación”, es decir, buscarán ponernos en crisis continuamente como ya lo han hecho históricamente.

Por el momento, sus deseos de vacancia se cruzaron con su primera derrota.