En una extensa entrevista, la presidenta a pesar del rechazo de la población, Dina Boluarte, sostuvo que ella no era responsable de lo que hicieran las Fuerzas Armadas y Policiales del Perú, esto debido al informe de la Comisión de Derechos Humanos, que señala que en las protestas, el gobierno peruano cometió graves violaciones a los derechos de muertos y heridos.

Como todos sabemos, por las docenas de informes y los cientos de videos grabados de los días de protesta contra el régimen Boluarte-Otárola, la policía disparó a los cuerpos de los manifestantes ocasionándoles la muerte o graves heridas que posteriormente los matarían, como ocurrió con el joven Rosalino Florez.

La policía y las Fuerzas Armadas arremetieron brutalmente contra la población, llegando a matar a menores de edad, entre ellas a una joven animalista que no era parte de la protesta, y a un joven médico que intentaba socorrer a los heridos.

Hasta el momento no se ha sindicado a ninguno de los policías que disparó a matar, protegidos ampliamente por el gobierno de Boluarte-Otárola, quienes incluso compraron más armas y les dieron bonos a los policías, así como al Congreso, para que sigan en su alianza para mantenerse en el poder.

La presidenta Dina Boluarte es la autora mediata, como Alberto Fujimori, de estos asesinatos, pero ella busca librarse de este problema así como lo hiciera su colega, relegando la responsabilidad en otros, en este caso, en la propia policía. Según Boluarte, ella no tiene mando a pesar de ser la jefa suprema de las Fuerzas Armadas, que los policías y soldados responden a sus comandos, y que estos comandos responden a sus propias leyes y protocoles. En resumen, se mandan solos como una fuerza paralela que se obedece a sí misma y nadie más.

“Ni los ministros ni la presidenta tenemos comando para decidir sobre protocolos de FFAA y PNP. Ellos tienen su propia ley, pero también sus propios protocolos. ¿A quién obedecen? A sus comandos. Yo puedo ser la jefa suprema, pero no tengo comando”.

Dina Boluarte

Ese golpe directo a la cabeza de los oficiales es para no verse involucrada en los delitos de lesa humanidad por los que va a ser juzgada cuando termine su mandato, un juzgamiento que también está pendiente para el exusurpador Manuel Merino, a quien el congresista Alejandro Cavero libró de su responsabilidad en dos asesinatos para mantenerlo en el poder. Apenas se acabe la representación de este personaje, se podrá volver a juzgar a Merino como se merece. Lo que también sucederá con Bolauarte y Otárola.