El Sindicato Unitario de Trabajadores del Banco de Crédito del Perú criticó que los dueños del BCP hayan preferido regalar casi 4 millones de dólares a la campaña fallida de la líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, antes que arreglar la problemática que viven los que le dedica su tiempo y esfuerzo a mantener a la empresa lucrando con sus clientes.

https://twitter.com/SindicatoBCP1/status/1197643459882037249

A través de sus redes sociales, el Sindicato se dirigió al gerente general del BCP, Gianfranco Ferrari de las Casas, y señaló que “si se puede entregar US$ 3′650,000 para campaña electoral, consideramos que se puede fomentar una mejor calidad de vida en favor de los trabajadores, los cuales al final de cuentas pagamos impuestos y contribuimos con el sostenimiento del erario nacional”.

Asimismo, le indicaron a Dionisio Romero que el “problema venezolano” no se resuelve entregando dinero a los corruptos de siempre, sino a través de: 1) inversión pública y privada, 2) creación de fuentes de trabajo, 3) cumplimiento de los impuestos por parte de las personas naturales y jurídicas en favor del Estado, 4) seguridad social, 5) educación, 6) avances tecnológicos, 7) correcta distribución de la riqueza, 8) entre muchos otros.

El sindicato viene sosteniendo y exigiendo tres pliegos de reclamos a la empresa sin que hayan tenido resultados positivos, en lugar de ello, lo que han recibido las y los trabajadores son despidos de dirigentes, despidos de trabajadores sindicalizados, fomento de la desafiliación, incumplimiento de la Ley de Seguridad y Salud en el trabajo, negativa por responsabilizarse por la muerte de una trabajadora embarazada por no cumplir la ley anterior, despido de los trabajadores que realizan menos ventas de sus productos, cambios constantes de las metas de ventas, entre otros.

Ellos también manifiestan que no superan el número de 40 trabajadores sindicalizados por las difíciles condiciones antisindicales que impone el BCP contra ellos.

Cierran el documento llamando a que la empresa reflexione y atienda las necesidades de sus trabajadores ya que tiene la capacidad económica suficiente para regalarle el dinero “a tanto zángano”.

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