A punto de ser detenido de forma preliminar por la justicia peruana, el expresidente Alan García decidió dar cuenta de su vida con sus propias manos y se disparó en la cabeza el día de hoy.

Esta decisión impide que las investigaciones y los procesos judiciales a los que estaba siendo sometido por el caso Lava Jato continúen. Deja así para la posteridad el recuerdo de un hombre que no pudo enfrentar a la justicia como sí hicieron otros expresidentes peruanos, entre ellos Ollanta Humala y Alberto Fujimori, uno preso nueve meses junto con su esposa Nadine Heredia, y el otro condenado a prisión por crímenes de lesa humanidad. En estos momentos dos expresidentes también están con los días contados, primero Pedro Pablo Kuczynski con detención preliminar de diez días, y Alejandro Toledo en un proceso de extradición.

Todos tienen algo en común, haber recibido, presuntamente, dinero de Odebrecht para sus campañas presidenciales a cambio de la buena pro de obras de gran infraestructura. Todos estaba cercados por las revelaciones de Jorge Barata, menos Alan García, a él lo cercaron la pérdida de poder en el Poder Judicial, con los cuellos blancos presos o fugados, y las investigaciones a sus testaferros, operadores políticos de su segundo gobierno, que habrían recibido cuantiosas cantidades de dinero de la empresa brasilera.

Alan García iba a ir preso por primera vez en su vida gracias a una Fiscalía sagaz e incorruptible, y a una prensa independiente que desmontó y reveló el grado de corrupción que se cernía sobre los organismos judiciales. Pero tenía enormes cuentas con la justicia que nunca se pudieron saldar.

– 1985: 69 personas asesinadas en Accomarca.

– 1986: Más de 300 personas asesinadas en Lurigancho y El Frontón.

– 1988: 39 personas asesinadas en Cayara.

– 1989: 62 indígenas de Junín, incluyendo niños, ancianos y mujeres fueron asesinados, acusandolos de ser terroristas.

– 2006: 2 personas mueren, el primero en una protesta contra la minera Yanacocha y el segundo en una protesta en Abancay.

– 2007: 9 personas mueren, dos de ellas como consecuencia de un paro del SUTEP, 5 en protestas en Ancash, Apurimac y Lima, y dos de ellas por “error” de las fuerzas del orden.

– 2008: 37 personas asesinadas, 3 en Pucallpa, Barranca y Ayacucho. Al menos 34 asesinados por los “Escuadrones de la muerte” de Trujillo.

– 2009: 36 muertos. 34 identificados y mas de 120 desaparecidos en el “Baguazo”, 24 policías y 9 nativos. 2 muertos en enfrentamiento en Huancabamba.

– 2010: 6 muertos en Chala, por represión estatal frente a mineros artesanales.

Estos muertos, responsabilidad política directa de Alan García nunca recibirán justicia, una bala libró al expresidente de esta posibilidad. Estemos atentos a la forma en la que se tratará de reescribir la historia, el aprismo intentará convertir a García en un mártir y a este hecho de sangre consecuencia de una persecución que nunca existió. Alan no quiso enfrentar a la justicia y así murió, no es héroe de nada.

Hoy, a todos los ciudadanos de “segunda categoría” nos toca defender el trabajo del Ministerio Público, de los fiscales, del periodismo independiente y de todos los que buscan desentrañar la corrupción, ellos están en peligro ahora. Sumemos fuerzas.