¿Saben qué? ¡Nos duele Mirella, pues! ¡Nos duele! Nos duele cómo se sigue volteando a ver solo a la madre culpable de todo lo malo que le puede pasar a los hijos y no ver a la madre como una sujeta independiente de su rol sufrido, sagrado y con vida propia.
Nos duele ver cómo nos sacamos la mugre para que entiendan/entendamos que la culpa de las violaciones y feminicidios son de los violadores y de los feminicidas, nunca de la víctima ni su madre, mientras tú escribes y opinas libremente que la culpa es de las madres.
Nos duele como madres, porque todas hemos sentido en algún momento que la hemos cagado, incluso algunas hemos pensado que “de esta no nos salvábamos”, y son situaciones que a veces ni siquiera han sido nuestra culpa. Y esa culpa paraliza.
Nos duele porque toda esta sarta de ignorancias y maldades emitidas por individuos, entidades, y también opiniones de mujeres cargadas de dolor y rabia hacia otra madre, no buscan como fin la protección de los niños, las niñas y les niñes. Solo es práctica de control sobre las madres, práctica de reforzar la culpa sobre las madres y práctica de seguir creando a las “buenas madres”. Práctica machista, patriarcal, clasista y MISÓGINA MATERNAL.
Porque si se tratase de protección, nos centraríamos en el violador, en la educación, en la crianza compartida, en el amor por convicción, en la maternidad decidida, en la salud mental… en la cultura de la violación. Hasta incluso hablaríamos de otros temas, y cada uno desde su campo o de su experiencia y de lo que nos corresponde hacer, más allá de (mal) creer que basta con estirarnos más, y que encerrando o adhiriéndonos a nuestros hijos no les va pasar nada. Ojo, los agresores sexuales están en la mayoría de los casos dentro del entorno familiar o de alguno cercano, esos lugares donde viven y llevan las “buenas madres” a sus hijos.
Las buenas madres no deberían existir, obviamente nosotras las feministas somos las malas madres: por trabajar, por estudiar, por abortar, por no cocinar, por ser lesbianas, por ser pobres, por viajar, por tirar, por bailar, por salir, por hasta reconocer con ternura ante nuestros hijxs que nos equivocamos, lloramos, nos molestamos y somos imperfectas.
Nosotras tenemos rabia y dolor, COMO SIEMPRE, y por eso nos jode tu post, tu comentario, tu programa, tu noticia. Perú y el Facebook se enteró que un adolescente viola y que una niña muere violada. Perú se entera que las niñas mueren, desaparecen. Pero no se dice ni en letra chiquita ¿qué estamos haciendo?
No nos vamos a detener, obviamente cuidaremos mejor a nuestras hijas frente a este terrorismo machista, pero no nos vamos a matar entre nosotras para validar ese mandato de “madre es madre, ni una perra hace eso, para eso es la mamá”.