Cada 31 de mayo se conmemora el Día Nacional de Lucha contra los crímenes de odio, en memoria del ataque que sufrieron un grupo de personas trans y gays en el bar Las Gardenias en Tarapoto en 1989, de parte de un contingente armado del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Ese evento fue registrado en el Informe Final de la Comisión de la Verdad gracias a la incidencia que realizó el Movimiento Homosexual de Lima para que la matanza no sea olvidada.
Cada año, en estas fecha, se armaba el Quipu de la Memoria, una actividad que institucionalizó el MHOL para tener presente siempre los nombres de todas las víctimas de la violencia discriminatoria por orientación sexual e identidad de género.
En un quipu de colores armado con tiras de lana, lxs participantes de la actividad iban colocando con imperdibles los nombres de las personas asesinadas y luego sus nombres eran repetidos por todos los asistentes.
Los observatorios de criminalidad hacia las personas LGTBI registran entre 15 y 20 crímenes de odio al año, llamados así por la brutalidad con que se efectúan y la forma en que se intenta desaparecer los cuerpos, enviando un mensaje a la sociedad sobre el exterminio de ciertas vidas.
La violencia contra lxs LGTBI no ha parado ni siquiera en Estado de Emergencia, hace poco fuimos testigos de cómo se desató una serie de discriminaciones contra personas trans producto de prejuicios de policías y cuerpos de seguridad de tiendas, mercados y supermercados. Falta mucho aún para que el Perú sea un país que respete y garantice los derechos de la comunidad LGTBI, pero ellxs siguen luchando.
Junio es el mes del Orgullo, y aunque esta vez no habrá marcha, seguramente se replicarán miles de saludos a través de las redes sociales recordando por qué es necesario que todxs puedan ejercer sus derechos ciudadanos en nuestro país.