Cómo no celebrar que Daniela Vega haya triunfado en el Oscar con Una mujer fantástica, las vidas transexuales suelen ser vistas dentro del tamiz del dolor y de la muerte, pero esta historia es un poquito diferente, hay dolor y muerte, pero también hay amor, lucha, esperanza, paz. De pronto Daniela es todas las Danielas que intentamos construir una vida luego del dolor y lo logramos, enfrentando decenas de adversidades, y nos sentimos identificadas con su personaje, pero de ninguna manera es lo mismo una mujer cisgénero heterosexual atravesando las adversidades, que una mujer transgénero.

En sociedades y Estados como los nuestros, las personas trans son la última rueda del coche que arrastra a duras penas con otras ruedas aferrándose para no salir volando. Así estamos, las personas trans no tienen derecho a su identidad, a su nombre, a su DNI, a acceso a salud, justicia y educación sin discriminación. Nos falta mucho para comportarnos como seres humanos con ellas y ellos. Nos falta demasiado como país para ir erradicando tantas formas de violencia que atraviesan. Hay un proyecto de ley en espera de debate sobre la identidad de género en el Congreso que duerme el sueño de los justos; y mientras tanto, muchas de ellas mueren de enfermedades relacionadas a la pobreza y afianzadas por el VIH (TBC, neumonía, etc.), enfermedades por las que ninguna persona debería morir en países con tan alto crecimiento económico como el nuestro, y mueren jóvenes.

A falta de un Estado que las proteja, ellas se protegen entre sí, de la negligencia y olvido estatal, de la violencia en las calles y en las casas, del abandono social, de las enfermedades que las afectan, creando centros comunitarios, generando proyectos de ley, alquilando casas para rescatar a las que viven violencia o están solas o son muy pequeñas, enfrentándose al proxeneta y al policía, que a veces se parecen tanto.

El proyecto de ley de identidad de género está pendiente, una reforma educativa que las incluya también, un primer paso se ha dado en la Pontificia Universidad Católica con la Reforma Trans, pero nos falta más, mucho más.

Aplausos para todas las Daniela Vega del mundo que nos demuestran que los sueños se hacen realidad.