8.0
Score

Pros

  • El ebi ramen se robó las palmas. Este plato demuestra a la perfección que la comida fusión no es solo un título: es perceptible a través de nuestros cinco sentidos. Para chuparse los deditos.
  • Las gyozas al vapor son un must.
  • El local de Los Olivos es amplio, confortable y calientito. Todo un acierto.

Cons

  • El servicio, en particular, el orden como van llegando los platos a la mesa. Por ejemplo, creo que el ramen no puede llegar antes que las entradas. Sin embargo, sé que Shimaya Ramen se encuentra trabajando para mejorar este aspecto y también sé que lo lograrán en la inmediatez posible.

Final Verdict

A ojos cerrados, lo que más se destaca en Shimaya Ramen es la propuesta de platos calientes. Y para este duro invierno limeño, no solo son un acierto; sino una deliciosa salvación.

Hey, ¿qué tal el fin de semana? ¿Todo bien? Sí, ya sé que perdimos el primer partido, pero pucha… la vida continúa y saben qué: puede que el equipo nos sorprenda en unos días, así que bueno, basta de consuelo y comencemos con el review gastronómico de esta semana.

Les cuento que visité un restaurante especializado en ramen. Se trata de una propuesta que desde el 2014 viene deleitando a cada vez más limeños y limeñas. Sí, me refiero a Shimaya Ramen. Miren, voy a serles sincera: yo ya había ido a Shimaya (al famoso local de Pueblo Libre); pero hace unos días conocí el nuevo local ubicado en Lima Norte (Av. Carlos Izaguirre, N° 789, Los Olivos). Me pareció súper novedoso que se haya inaugurado un restaurante de comida japonesa y fusión en esta emprendedora y variopinta parte de la ciudad. No lo pensé mucho. Tomé la 40 y fui a echar un vistazo. ¿Quieres saber qué tal estuvo la visita a Shimaya Ramen? Pues sigue leyendo el review.

Como siempre, Verónica, la fotógrafa oficial de Diario de una Food Lover (vía Mano Alzada, ya tú saaaaa) fue quien me acompañó en esta nueva exploración gastronómica. Como no había tráfico (ufffff), llegamos a Los Olivos súper rápido, como a la 1:30. Nos bajamos de la 40 en el paradero de la Municipalidad de Los Olivos. Nos dirigimos a la derecha, dimos unos pasos y llegamos. El local de Shimaya Ramen es fácilmente reconocible gracias a la decoración de su fachada. Así que ingresamos, nos sentamos en el lugar que más nos llamó la atención y rápidamente se acercó una de las meseras para ofrecernos de manera amable la carta.

Vero y yo realizamos nuestros pedidos. Lo primero que llegó a nuestra mesa fueron las bebidas. Ella pidió una opción sin alcohol, pues luego de la visita tenía que asistir a sus clases en la universidad (más salada, bu) Se animó por un jugo de aloe con sabor a lychee (6 soles).  Por mi parte, preferí una Asahi (marca de cerveza japonesa) bien helada (15 soles).

 

Ambas bebidas, a pesar de sus diferencias, eran refrescantes y funcionan súper bien para acompañar los platos de fondo. No sé ustedes, pero si yo voy a un restaurante japonés, sí o sí me pido una chelita nipona, sobre todo si es fin de semana (¡ja!).

Además, de las bebidas, Vero y yo pedimos entradas y platos de fondo. El shoyu ramen (21 soles, tamaño mediano) de Vero fue el primer plato que llegó a la mesa.

El tamaño mediano de los ramen es el preciso. Satisface a más no poder el apetito. El shoyu ramen (caldo a base de pollo y salsa de soya, acompañado de láminas de cerdo) estaba calientito, pero no llegaba a quemar la lengua. Tampoco se encontraba salado (a pesar de que uno de los ingredientes para su elaboración sea la salsa de soya). Los fideos y el huevito estaban en su punto; y el nori, crocante. Sin duda alguna, el shoyu ramen de Shimaya constituye una gran alternativa para combatir el terrible invierno limeño.

Ahora sí vamos con las entradas. Comencemos por mi entrada favorita: las gyozas.

Las gyozas de Shimaya Ramen son una de las mejores que se encuentran en Lima. Prefiero las gyozas al vapor en lugar de las fritas porque hay que cuidar la línea, ¿no? (¡ja!). Las gyozas se encontraban bien rellenitas, con harto sabor y la cubierta no estaba gomosa ni gruesa. Ostentaba, más bien el grosor necesario como para contener el relleno sin llegar a opacarlo. Para mí, esas las gyozas de Shimaya son un must.  ¡Súper recomendable!

Les cuento que Shimaya Ramen también brinda una amplia propuesta de makis para sus comensales. En lo personal, fue toda una novedad porque cuando visité el local de Pueblo Libre (cuando apenas habían abierto), la carta no presentaba  esta famosa entrada de origen japonés. Me pareció todo un acierto, sobre todo, para brindar mayores opciones a los clientes en temporadas como el verano. El maki que pedimos fue el acevichado (tabla completa 19 soles, ½ tabla 10 soles). Lo encontré súper fresco y generoso. En lo personal, prefiero las gyozas (¡me encantan!), pero si eres de makis, los de Shimaya no te van a decepcionar.

El plato de fondo que pedí fue un chicken katsu kare (24 soles). No sé por qué, pero últimamente me interesa probar platos con curry japonés. El filete de pollo al panko se encontraba crocantito a pesar de estar bañado de curry japonés. Me encantó. Sin duda alguna, los platos calientes son la especialidad de Shimaya Ramen. Además, la ensaladita le agregaba un crunchy súper fresco a cada bocado y ayudaba a neutralizar el sabor del curry. El arroz blanco también cumplía esta última función. El curry japonés tiene sabor a verduras y a especias. Si no lo has probado antes, te recomiendo que te animes de una vez por todas. Creo que es un plato ideal para este invierno limeño que estamos viviendo. Y si acompañas el curry con una proteína como el pollito al panko de Shimaya: ya no ya. Que conste que te he avisado.

No sé cómo, pero Vero y yo probamos otro plato más… (¡ja!). Pucha, y menos mal que lo hicimos porque el ebi ramen (25 soles, tamaño mediano) estaba para morirse. Este plato fue  una recomendación de Akira, dueño de Shimaya Ramen y creador de esta delicia. Probé un sorbo y quedé anonadada: sin palabras. Jamás había probado un ramen con sabor a chupe, que esté espesito, repleto de langostinos y con los fideos ramen en su punto. El ebi ramen es una delicia imperdible que refleja de la mejor manera posible la comida fusión peruano-japonesa. Además, les confieso que si me hubiesen descrito el plato antes de probarlo, ni bola le hubiese dado de pura prejuiciosa. Me quedé calladita y disfruté a más no poder de este plato de los dioses. Pucha, se imaginan: en Shimaya, tomando un ebi ramen calientito en medio del invierno limeño. Ayyy, eso sí que es vida.

Como les adelanté, Akira es el creador del ebi ramen. Él chambeó duro y parejo por años en Japón, como muchos otros descendientes. Regresó en el 2009. Aquí estudió cocina y trabajó en diferentes restaurantes hasta que 5 años después apostó todo lo que tenía para abrir el primer Shimaya Ramen en Pueblo Libre. Y a partir de ese momento, las cosas se fueron dando poco a poco, con mucho esfuerzo y trabajo de por medio.

Akira me comentó que el secreto del éxito de  Shimaya Ramen es chambear mucho, saber delegar, confiar en el equipo que ha logrado conformar y establecer vínculos cordiales y horizontales con cada uno de sus colaboradores.

Les confieso que me dio mucho gusto poder conversar con Akira porque es gratificante conocer e interactuar con personas a las que les apasiona su trabajo. Este es uno de los aspectos que más disfruto de hacer reviews gastronómicos (además de comer rico, por supuesto). Son conversaciones que te hacen el día. Además, el hecho de que haya apostado por abrir un local en Lima Norte me parece un emprendimiento democrático que abre el mercado. La comida japonesa o nikkei no tiene por qué encontrarse solo en una parte de la ciudad. Considero que es momento ya de romper esas paredes invisibles y hacer que muchas más personas puedan disfrutar (sin tener que irse muy lejos de sus casas) de más y diversas propuestas gastronómicas de calidad. El paso que Shimaya Ramen ha dado es fundamental y digno de reconocimiento. Bravo.

Por otro lado, el local de Shimaya Ramen en Los Olivos es amplio, bien iluminado y ventilado. El ruido de la calle no llega  a atravesar las paredes del restaurante (uffff). Se trata, en líneas generales, de un local que reconforta, que invita a comer rico y a pasarla bien al lado de nuestros seres queridos. Además, la tele ni la música interrumpen las conversaciones de los comensales. ¡Bien!

Finalmente, la atención de las meseras es buena onda y, sobre todo, conocen muy bien la carta. Entonces, si es la primera vez que vas a probar comida japonesa o fusión, no te paltees que en Shimaya Ramen te van a brindar las recomendaciones más precisas posibles.  Así que ya sabes, este invierno sí o sí tienes que probar las delicias que ofrece este restaurante. Estoy segura de que encontrarás el ramen de tu preferencia y que te dejará en shock de lo rico que está.

Dirección

Av. Carlos Izaguirre, N° 789  (Los Olivos)

Otros locales

Av. Del Río, N° 608 (Pueblo Libre)

Av. Caminos del Inca, N° 2362 (Surco)

Av. Flora Tristán, N° 471 (La Molina)

Av. Centro Comercial San Felipe, segundo piso, tienda N° 36 (Jesús María)

Horario de atención

De lunes a sábado, 12:00-16:00 h y 19:00-23:00 h

Domingo, 12:00-16:00 h y 18:00-22:00 h

Teléfono (local de Los Olivos)

(01) 5196814

¿Reservas?

Sí, pero llamen con un día anticipación, plis.

¿Opciones vegetarianas?

Por supuesto. Shimaya Ramen ofrece un ramen vegetariano que tiene un caldo a base de especias orientales, shitake, champiñones, espárragos, bambú y tofu frito.

Las precisas

Los ramen de Shimaya vienen en tres tamaños: pequeño, mediano y grande. El mediano es suficiente para una sola persona. Y obviamente los precios varían según las cantidades y los insumos.

Además del chicken katsu kare, Shimaya ofrece otros platos de fondo de origen japonés como yakimeshi (arroz frito con pollito y verduritas), chicken teriyaki, yasaitame de lomo (es como un saltado con verduras), etc.

La oferta de makis también es variada. Además, encontrarás barra libre en los locales de Surco, La Molina y Los Olivos.

El famoso obento japonés se ofrece también en los locales de Surco, La Molina y Los Olivos. Es ideal para la hora del almuerzo.

Shimaya Ramen dispone de un menú ejecutivo (12:00-16:00 h), con entrada y un plato de fondo a elegir. El precio del menú es en base al valor del plato de fondo. La entrada es gratis (¡yeeeee!).

Finalmente, en todos los locales de Shimaya Ramen hay promociones, como un ramen pequeño más porción de gyozas a 25 soles,  3×2 en makis a 38 soles o 2 ramen pequeños y 1 maki a 43 soles. Si vas solo o acompañado y deseas probar más de un plato, de todas maneras, sale a cuenta.