Escribe Natali Durand

Muchas y muchos amigxs me han estado preguntando por lo que está pasando en el VRAEM y los lamentables y condenables hechos, daré una explicación general de lo que sé del tema y porque sostengo que los Quispe Palomino no es Sendero, incluso Feliciano tampoco ya lo era.

Para comenzar a entender qué sucede en el VRAEM tenemos que retroceder a los 90 con las disputas entre Abimael y Feliciano, uno de los motivos principales, la cercanía de Feliciano a Augusta La Torre, el aburguesamiento de Sendero y no estar de acuerdo con la estrategia del campo a la ciudad. Para Feliciano no era el momento aún.

Estas disputas hacen que se vuelva incómodo para Abimael, quien lo retira del Comité de Ayacucho, dándole una nueva misión. La misión que le da es ir a la Selva Central para encontrarle un nuevo escondite, porque no confiaba en quienes lo custodiaban en Lima, y Ayacucho ya no era una opción pues se encontraba sitiada.

Lo real, como tiempo después contaría Feliciano en su juicio, es que este ya le era incómodo a Abimael y no lo quería en acción, pues pensaba que le podía hacer sombra (recordemos el ego mesiánico de este). Además, las estrategias sobre la guerra que tenían eran distintas: mientras Abimael afirmaba que la guerra debía seguir una estrategia maoísta similar a la de China por la similitud territorial, Feliciano apelaba a la guerra de guerrillas de carácter guevarista.

Feliciano llega a la selva y hace de Vizcatán su centro de operaciones, y por ende, el lugar donde sería el nuevo escondite de Abimael. Narra Feliciano en el megajuicio que se le hace, que el día de la captura de Abimael, él había llegado a Lima para comunicar que había completado su misión, le había conseguido un escondite en lo más profundo de la Selva Central. Pero cuando llega a la casa de San Borja, ve el despliegue policial y la inminente captura de Abimael, Feliciano se retira, y luego de un tiempo regresa a la selva.

Tiempo después se entera por su primo Vladimiro Montesinos que en realidad nunca existió misión alguna y que Abimael quería deshacerse de él y que en realidad estaba siendo enviado al exilio. Las fricciones entre Feliciano y Abimael, y su posterior ruptura se dan en el 92 con la famosa firma del “Acuerdo de Paz entre Sendero Luminoso y el Estado” (pacto entre Abimael y el fujimorismo), esta es considerada la derrota de Sendero.

Una vez firmado este pacto, Feliciano rompe con el PCP-Sendero Luminoso, renegando del “Presidente Gonzalo” por traidor, cambiando el nombre de Sendero por Proseguir (la lucha popular) o Sendero Rojo. Si Sendero fue cruel, lo que vivieron los asháninkas de Junín fue necropoder. La estrategia de Feliciano fue efectivamente hacer una “guerra de guerrillas”, secuestrar a miles de asháninkas, llevaros al monte para iniciar la guerra popular, los castigos y sanciones que tenían de negarse eran terribles (y no las escribiré acá), todo controlado desde el centro de operaciones de este en Vizcatán.

La época más dura en esta zona fue desde el 92 hasta el 99 cuando Feliciano es capturado en Huancayo de la manera más torpe (como buen guevarista) en el bus que viajaba, el chofer era miembro de la PNP y lo reconoce, se desvía del camino llevándolo hacia la comisaría como destino final. Una vez capturado Feliciano, los miembros de Proseguir se reúnen, para definir el futuro que les esperaba y quien asumiría el control del VRAEM ahora que Feliciano había caído.

Son muchos mandos políticos y militares que deciden que la guerra popular ha terminado y deciden retornar a su vida “anterior”. Entre los que se quedan a seguir en el monte, se encuentran los Quispe Palomino, quienes vuelven a tener una ruptura esta vez con Feliciano, separándose de la estrategia que él había impuesto en la selva, cambiando nuevamente el nombre de Proseguir a MPCP (Militarizado Partido Comunista del Perú).

Entre las entrevistas que realicé a muchos asháninkas, era común cuando se refieren a la época que denomino “de asentamiento” es: “dejamos de hablar de ideología, pero vivimos más tranquilos, sembrando”. Si bien con Feliciano la alianza con el narcotráfico ya se daba, es con los Quispe Palomino que esta se afianza siendo ya un grupo que podría denominarse como seguridad de los narcotraficantes.

Sostengo que ni Feliciano, ni los Quispe Palomino tienen relación alguna con Sendero, también creo firmemente que la estrategia militar que se realice tiene que ser distinta; además, desde la entrada de PPK se disminuyó el presupuesto en la lucha contra el narcotráfico, la violencia en esta zona aumentó y esto no es nuevo. Espero que se sancione a los responsables y ya que se ha vuelto a ver al VRAEM, que las autoridades hagan algo por fin para terminar con toda esta violencia en una de las zonas más pobres y abandonadas del Perú.