El 12 de abril, el diario Perú21, parte del grupo El Comercio, sacó una encuesta de Datum, en donde colocaban a los nuevos “presidenciables” del Perú. La mayoría de ellos políticos hombres.

No es novedad que el 90% de estos presidenciables lo sea, considerando que en estas últimas elecciones municipales y regionales las autoridades mujeres elegidas están contadas con los dedos de la mano, lo que no permite que sean visibles más mujeres en política, ni los logros y transformaciones que pueden lograr en sus distritos, provincias y regiones.

Tampoco es novedad que todos los nuevos “presidenciables” sean de Lima y que algunos no tengan mérito alguno, como Alberto Beingolea y Roque Benavides, a los que cualquiera de las panelistas que estuvo presente en el GirlGov, el programa de formación de líderes niñas y adolescentes que empezó este sábado, puede superar.

Si Salvador del Solar aparece en esa lista, luego de su triste papel en el Ministerio de Cultura, es porque es el premier. Sino el Perú ya lo habría olvidado. Lo que evidencia que, como tampoco es novedad, y disculpen todas estas verdades de perogrullo, la encuesta está dirigida a posicionar no a los candidatos de los peruanos, sino a los candidatos de El Comercio.

George Forsyth ha obtenido una campaña publicitaria impagable para cualquier político, desde el primer día de su gestión los medios de comunicación del Perú ya lo convertían en el mejor alcalde de todos los tiempos. Blanquear un distrito siempre es una buena estrategia en nuestra Lima racista de todos los días. Y lo están haciendo bien, qué mejor forma de blanquear un lugar que sacar todo aquello que lo “afea”, sobre todo en el espacio símbolo de La Victoria. Pero un problema estructural (la informalidad, la pobreza, la migración interna y externa, la precariedad laboral) no se solucionan arrimando a la gente de un lado a otro. ¿Cuántos reportajes hemos visto acerca de la realidad de los ambulantes en el Perú como en la gestión de Susana Villarán? Con Villarán sabíamos sus nombres, sus dramas, sus esfuerzos por sobrevivir, sus ganas de salir adelante, lo injusta que era la alcaldesa. ¿Con Forsyth? Vivas y alegrías, y preocupación porque su vida está en riesgo. ¿No estaba en riesgo la vida de Villarán enfrentándose a las mafias del transporte? Sí, pero Villarán no importa, era de izquierda.

A Jorge Muñoz tampoco le dan con palo, no hay campaña en su contra digitada por la prensa más poderosa… todavía. Algunos hombres tienen esa prerrogativa, se los deja trabajar, no se les llama vagos antes de que asuman la alcaldía. Suerte de aquellos.

Los alfiles empresariales de siempre tienen que estar, porque así no hagan nada relevante, los medios tienen que justificar sus inversiones y sus invitados a paneles para hablar del futuro del país. Raúl Diez Canseco y Roque Benavides encarnan a estos personajes, que no contribuyen a la vida pública ni intelectual, pero sí a los intereses empresariales, y ¡cómo no tenerlos presentes en portada!

Por último, Susel Paredes representa a la “izquierda” que le gusta a la derecha, dispuesta a trabajar por esta para completar sus sueños truncos, ser su mano derecha, convertirse en su mejor aliada, con un manejo político ubicuo, “pechador” para no perder el barrio que le gusta a la gente, pero siempre secundario, siempre funcional, porque por más que intentes hacer una política de hombre blanco, no eres hombre blanco. Las lealtades que se fundan en el sostenimiento de la jerarquía no son verdaderas lealtades, son formas de sobrevivencia.

La derecha ya está moviendo sus fichas para el 2021, la Confiep no ha dudado en colocar a una fujimorista en su puesto más alto. La prensa no dudará en colocar a quien mejor le sirva en los ojos de todos los peruanos.