La empresa minera Antamina, luego de más de 20 años de presencia en Áncash con el yacimiento más grande de cobre del Perú, suspendió sus actividades debido, según su comunicado, a las protestas que se han manifestado en acciones violentas y amenazas de más violencia por parte de la población afectada por la mina, y porque “no queremos esperar a que ocurran hechos que pongan en riesgo la integridad física de nadie”.

Pero ese cuidado que dicen tener con la integridad física de sus trabajadores no ha continuado luego del cierre, pues según denuncian trabajadores de la mina, estos han sido dejados a su suerte.

Según Gruber Vargas, “luego de haber paralizado las operaciones, la mina dejó a su suerte a todos sus trabajadores, no brinda atención por ‘medidas de seguridad’ y cada trabajador está volviendo a su casa como puede, algunos no conocen la ruta”.

Vargas señala esto pues su padre trabajaba en Antamina.

“Porque la empresa era la responsable del traslado y ahora están arriesgándose a que algo les suceda en el camino. ¿Así Antamina dice que se preocupa por sus trabajadores? Su comunicado cae en saco vacío. Hasta el momento tengo comunicación con mi papá, espero que llegue a salvo”, finalizó.